Miami, 9 ene (EFE).- El regreso estadounidense a la Luna en más de 50 años está en vilo tras el daño del módulo Peregrine que al parecer le impedirá llegar a la superficie lunar con experimentos de la NASA, México y restos humanos, y que previsiblemente lo dejará dando vueltas en el espacio en los próximos días.
El destino del módulo Peregrine de Astrobotic, que debía llegar a la Luna en febrero, se mantiene incierto tras los fallos que presentó horas después del exitoso lanzamiento del lunes desde Florida.
Esta nave se queda cada vez con menos combustible para alcanzar su meta, y además ya es un hecho que no podría tener un aterrizaje “suave” en la Luna debido a sus problemas en el sistema de propulsión, según Astrobotic.
La empresa calcula que a la nave, que mide 1,9 metros de alto y 2,5 metros de ancho, le quedan menos de dos días de propulsor antes de que se agoten las reservas y la nave espacial comience a dar vueltas.
A bordo de la Misión Peregrine Uno, que iba a ser el primer aterrizaje robótico lunar comercial estadounidense, hay una veintena de cargas de clientes que incluyen la NASA, con cinco de ellas para estudiar la superficie, la atmósfera y el entorno de radiación de la Luna.
Igualmente hay cinco ‘rovers’ autónomos en miniatura de la que sería la primera misión lunar de México, y otro pequeño vehículo explorador diseñado por estudiantes de la Universidad Carnegie Mellon, entre muchas otras carga privadas, entre ellas una de una compañía fúnebre espacial.
Sin embargo, el Peregrine tuvo problemas casi tan pronto como despegó de su cohete de lanzamiento, el nuevo Vulcan Centaur, el cual tuvo un exitoso desempeño.
El equipo de Astrobotic, sin embargo, continúa trabajando para encontrar formas de extender la vida operativa de Peregrine, ha señalado la compañía.
Para mantener la dirección correcta en vuelo, los propulsores de Peregrine ahora tienen que trabajar horas extras, consumiendo aún más del suministro de combustible cada vez menor.
Incluso antes del anuncio del martes de Astrobotic, había quedado claro que un aterrizaje en la superficie lunar era casi imposible.
Peregrine es la primera misión del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA para acelerar la ciencia lunar colocando experimentos dirigidos por la agencia a bordo de módulos de aterrizaje y naves espaciales comerciales.
La próxima misión del programa se prevé para febrero, cuando Intuitive Machines, con sede en Houston, lance su módulo de aterrizaje Nova-C sobre un cohete SpaceX Falcon 9. EFE