Washington, 26 abr (VOA) – El gobierno estadounidense está ampliando la disponibilidad de una píldora antiviral usada contra el COVID-19, asegurándole a los médicos que hay suficientes suministros para dársela a personas vulnerables.
La píldora, llamada Paxlovid y producida por Pfizer, fue aprobada inicialmente en diciembre. Al principio había pocas reservas, pero a medida que disminuían los casos y aumentaba la producción, se fue haciendo más abundante. La Casa Blanca ahora está tratando de despertar conciencia sobre el tratamiento y de ampliar su disponibilidad.
El gobierno emitió un mensaje el martes a los médicos del país, asegurándoles que no deben vacilar en recetarle la píldora a quienes la necesiten. Anunció además que distribuirá el medicamento directamente a las farmacias, aparte de los canales de distribución administrados por los estados. Se calcula que ello aumentará la cantidad de centros de venta de 20.000 a más de 30.000 para la próxima semana, y eventualmente a más de 40.000.
La administración alberga esperanzas de que la distribución directa a las farmacias, cuyo éxito fue demostrado en la aplicación de las vacunas hace más de un año, facilitará el acceso a las píldoras antivirales.
“En resumen, queremos hacer este tratamiento disponible para toda la ciudadanía”, expresó el doctor Ashish Jha, coordinador de la respuesta antiCOVID de la Casa Blanca, el martes en entrevista con CNN.
Ensayos han demostrado que si se ingiere Paxlovid en los cinco días subsiguientes a la presentación de síntomas, reduce hasta 90% las hospitalizaciones y decesos entre pacientes susceptibles a enfermarse de gravedad. Unos 350 estadounidenses hoy en día mueren cada día debido al virus, comparado con más de 2.600 en el peor brote de la variante ómicron a principios de año.
Estados Unidos ha ordenado una reserva suficiente para 20 millones de personas, lo que debería durar varios meses. El gobierno ha advertido que para tener más se necesitarían más fondos del Congreso.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) autorizó Paxlovid para adultos y niños de 12 años o más que hayan dado positivo al COVID-19, que tengan síntomas tempranos y que tengan alto riesgo de sufrir enfermedad severa. Ello incluye a personas mayores con condiciones como obesidad e insuficiencia cardiaca, aunque no para pacientes con graves dolencias renales o hepáticas.