Texas/Washington, 26 sep (VOA) – Pasan las once de la noche y las alambradas se abren: hombres, mujeres y menores entran a territorio de Estados Unidos. Llegan mojados después de cruzar el Río Grande.
Casi todos han atravesado pueblos, ciudades, la selva y vivido muchas malas experiencias que cuentan a todo el que se les acerca. Lloran, se abrazan y lo hacen -exponen algunos- por la alegría de haber llegado a suelo estadounidense. Muchos son venezolanos, pero también hay cubanos y colombianos.
La Voz de América lo constató hasta bien entrada la noche del lunes en el punto fronterizo de Eagle Pass, una ciudad ubicada en el condado de Maverick en el estado de Texas, donde de acuerdo con el censo más reciente de 2020 tenía una población de entonces era de unos 28.130 habitantes.
“Llegamos”, dicen algunos una vez que cruzan la alambrada en la que otros antes que ellos -y ellos mismos- dejaron ropas que usaron para protegerse las manos de las púas mientras se apoyaban para traspasar la barrera.
Un venezolano, alzando las manos poco después de traspasar los alambres, dijo: “Ay Dios mío, un mes y una semana sufriendo”.
VOA: Cómo se sienten.
Migrantes a coro: Felices. Llevamos mucho tiempo huyendo.
En la madrugada del lunes, al igual que durante todo el día, la VOA fue testigo además de cómo la Guardia Nacional removía cada cierto tiempo -y con gran rapidez- partes del alambre de púas apartado por los migrantes para cruzar. Pocos minutos después instalaban una nueva alambrada.
Muchos de los migrantes irregulares entrevistados durante dos días no tenían claro por qué habían decidido este puerto de entrada. Muchos siguieron recomendaciones de otros migrantes para seguir esta ruta.
El hecho es que la ciudad está en estado de emergencia debido a la llegada masiva de migrantes en los últimos días.
El gobierno de Joe Biden ha sostenido que la frontera no está abierta. Una vez que estos migrantes cruzan, se entregan a la Patrulla Fronteriza, donde son procesados y enviados a centros de procesamientos.
Las autoridades fronterizas explicaron que lo que están haciendo es “rescatar” a migrantes en condiciones de vulnerabilidad pero no admitiendo una entrada legal.
La mayoría de las personas consultadas buscaban entregarse a la Patrulla Fronteriza, mientras unos pocos valoraban entrar al país sin entregarse, lo que es difícil dado que la zona está altamente custodiada por agentes estadounidenses.
Alcalde de Eagle Pass: “Somos una ciudad de recursos limitados”
En entrevista con la VOA, el alcalde de Eagle Pass, Rolando Salinas Jr., describió como “muy difícil” la situación en la ciudad que ha visto pasar en la última semana a unos 12.000 migrantes provenientes de Piedras Negras, en México.
“Es algo que me preocupa, mucha gente de la comunidad está frustrada porque ven grupos grandes de gente caminando por las calles y nadie sabe quiénes son estas personas, no se sabe si estas personas tienen antecedentes penales”, afirmó el alcalde.
El alcalde dijo que espera reunirse este martes con el jefe de la Patrulla Fronteriza en la zona y tener respuestas “porque se está tardando mucho esta situación”.
“Somos una ciudad de recursos limitados”, reconoció el alcalde, poniendo como ejemplo que solamente cuentan con 50 policías uniformados y una cifra reducida también bomberos. “No tenemos los recursos para sostener a tanta gente”, agregó.
Salinas Jr. adelantó a la VOA que la declaración de emergencia de siete días que vence hoy será extendida por una semana más probablemente este martes en la tarde, durante una reunión del consejo prevista para la tarde.
“No ha sido controlada [la entrada irregular de migrantes]”, argumentó el alcalde respecto a la prevista extensión de la declaración de emergencia vigente desde la pasada semana.
Ser inmigrante “no quiere decir que eres un criminal”
Juanita Martínez, portavoz del consejo de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) en Eagle Pass, Texas, explicó que esta organización ha trabajado en ambos lados de la frontera con migrantes, muchos de los cuales están preocupados por el trato que podrían recibir en EEUU.
“Simplemente porque eres un inmigrante no quiere decir que eres un criminal”, dijo a la VOA, argumentando que los migrantes que están cruzando el alambre de púas tienen “justificación” para hacerlo debido a la “situación de peligro que viven” en sus países.
“Si yo estuviera en una situación donde mis hijos arriesgaran perder su vida, pasaran hambre, donde están viendo una violencia, claro que yo haría todo lo posible por llevar a mis hijas a un lugar donde estén seguras”, agregó.
Martínez, junto a grupos de organizaciones locales, apoyan a migrantes en Eagle Pass y en Piedras Negras, Mexico, entregándoles donaciones como artículos de limpieza y juguetes para niños.