Managua, 10 oct (VOA) – En Nicaragua ya sólo quedan dos periódicos. Ambos tienen su materia prima retenida por las autoridades gubernamentales. Los propietarios de los medios de comunicación denuncian que la intención del presidente Daniel Ortega es cerrar todos los medios críticos de su gobierno.
A solo dos semanas del cierre de los periódicos El Nuevo Diario y Metro, el diario Hoy, cerró su edición digital debido a problemas económicos. Sin embargo, la edición impresa está en riesgo debido a que las autoridades del gobierno mantienen retenido el papel, la tinta y otros insumos para ser impreso, denuncias sus directivos.
Eduardo Enríquez, jefe de redacción del periódico Hoy dijo a la Voz de América que si se termina el papel que tienen, el diario pasaría a publicarse solo en forma digital.
“Eventualmente se va acabar el papel si esta gente no suelta o no permite la entrada. Es prácticamente un robo de una materia prima que es propiedad de editorial La Prensa y si eso sucede, si ese robo se consuma pues eventualmente el papel que hay en las bodegas y nos pasamos a digital 100%”.
Enríquez, aseguró a la VOA que el gobierno pretende censurar a todos los medios críticos a través de bloqueos administrativos, lo que para él representa una clara violación a la libertad de prensa.
“Todos los nicaragüenses, lo que estamos viviendo es un ataque al derecho a la información y a la libertad de expresión. No es un ataque contra La Prensa o contra los periodistas independientes, sino contra todos los nicaragüenses”.
Sin embargo, diputados oficialistas como Carlos Emilio López insisten en que el estado de Nicaragua es respetuoso de la libertad de prensa.
“En Nicaragua se respeta de forma irrestricta la libertad de prensa, la libertad de información, inclusive yo diría que estamos en unos niveles punteros a nivel internacional sobre el respeto a la libertad de prensa”.
En el marco del conflicto sociopolítico, la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, denunció que dos medios de comunicación fueron confiscados, dos periódicos se vieron obligados al cierre y los que siguen operando trabajan bajo asedio.