Roma, 16 oct (elmundo.cr) – Es más importante que nunca reconocer la necesidad de apoyar a los “héroes alimentarios”: agricultores y trabajadores de toda la cadena de valor que garantizan que los alimentos lleguen de la granja a la mesa, incluso en medio de una crisis sin precedentes como la del COVID-19, aseguró la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Este año el Día Mundial de la Alimentación invita a reflexionar y revivir el aprecio por algo que muchos “dan por sentado y que otros no tienen”, la comida, esencia de la vida y base de culturas y comunidades, y para rendir tributo a todas las personas que participan en el proceso para proveerla alrededor del mundo.
La FAO asegura que preservar el acceso a alimentos inocuos y nutritivos es y seguirá siendo una parte esencial de la respuesta a la pandemia de COVID-19, en particular para las comunidades pobres y vulnerables, que son las más afectadas las crisis económicas resultantes.
Sistemas alimentarios desequilibrados
Según la Organización, en las últimas décadas, el mundo ha logrado avances significativos en la mejora de la productividad agrícola.
Sin embargo, aunque ahora se produce comida más que suficientes para alimentar a todo el mundo, los sistemas alimentarios están desequilibrados. El hambre, la obesidad, la degradación ambiental, la pérdida de la diversidad biológica, la pérdida y el desperdicio de alimentos y la falta de seguridad para los trabajadores de la cadena alimentaria son solo algunos de los problemas que subrayan este desequilibrio.
Los planes de recuperación de la COVID-19 son una oportunidad para adoptar soluciones innovadoras basadas en evidencias científicas para que los países puedan reconstruir mejor y mejorar los sistemas alimentarios, haciéndolos más resistentes a los impactos, afirma la agencia.
La FAO, que cumple 75 años este año, hace un llamado a la solidaridad mundial para ayudar a todas las poblaciones, y especialmente a las más vulnerables, a recuperarse de la crisis y a hacer que los sistemas alimentarios sean más resistentes y robustos para que puedan resistir la creciente volatilidad y las crisis climáticas, y ofrecer dietas saludables asequibles y sostenibles para todos y medios de vida dignos para los trabajadores del sistema alimentario.
Hacerlo requerirá mejores esquemas de protección social y nuevas oportunidades ofrecidas a través de la digitalización y el comercio electrónico, pero también mediante prácticas agrícolas más sostenibles que preserven los recursos naturales de la Tierra, la salud humana y el clima, afirma la agencia.
El costo de un plato de comida
El director del Programa Mundial de Alimentos, la agencia recién galardonada con el Premio Nobel de la Paz, alertó sobre la gravedad de la situación actual.
“La casa está ardiendo cuando ves que el número de personas que marcha hacia la hambruna ha crecido de 135 millones a 270 millones. Eso es inadmisible y una deshonra para la humanidad. Además de eso 690 millones de personas se van a la cama con hambre cada noche. En un mundo en el que hay 360 billones de riqueza esto es inexcusable”, dijo David Beasley.
Un estudio del Programa Mundial de Alimentos muestra como un plato básico de comida sigue fuera del alcance de millones de personas. Mientras que en el estado de Nueva York una persona gasta un 0,6% de sus ingresos diarios para comprar una comida sencilla, en Sudán del Sur esa misma comida requiere un 186% de los ingresos. Si un neoyorquino pagase ese porcentaje, su comida costaría 393 dólares. De los 20 países donde cuesta más la comida, 17 están en África Subsahariana. Haití ocupa el cuarto lugar de la lista, con el equivalente a 74 dólares en Nueva York por un plato de comida.
El derecho de todos a la alimentación
Para António Guterres, la concesión del Premio Nobel de la Paz de este año al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas reconoce el derecho de todas las personas a la alimentación y la lucha para lograr el “hambre cero”.
“En un mundo de abundancia, es una afrenta grave que cientos de millones se acuesten con hambre cada noche”, expresó el Secretario General de la ONU en un mensaje en video para el Día Mundial.
Agregó que la pandemia de COVID-19 ha intensificado aún más la inseguridad alimentaria a un nivel no visto en décadas.
Unos 130 millones de personas corren el riesgo de ser empujadas al borde de la inanición a finales de este año, lo que se suma a los 690 millones de personas que ya carecen de lo suficiente para comer. Al mismo tiempo, más de 3000 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable.
“Al conmemorar el 75º aniversario de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, debemos intensificar nuestros esfuerzos para lograr la visión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Eso significa un futuro en el que todos, en todas partes, tengan acceso a la nutrición que necesitan”, dijo.
Guterres, que el próximo año convocará una Cumbre de Sistemas Alimentarios durante la Asamblea General para inspirar acciones hacia esa visión, aseguró que el mundo ya tiene el conocimiento y la capacidad para crear un mundo más resiliente, equitativo y sostenible.
“Necesitamos hacer que los sistemas alimentarios sean más resistentes a la volatilidad y las crisis climáticas; garantizar dietas sostenibles y saludables para todos y minimizar el desperdicio de alimentos; y construir sistemas alimentarios que proporcionen medios de vida dignos y seguros a los trabajadores”, resaltó el titular de la ONU.
Las acciones que tomar
La FAO recalca que Los países, el sector privado y la sociedad civil deben asegurarse de que los sistemas alimentarios cultiven una variedad de alimentos para nutrir a una población en crecimiento y cuidar el planeta, juntos.
“En este Día Mundial de la Alimentación, asumamos el compromiso de “Crecer, nutrir y preservar. Juntos”, concluyó Guterres.
Todos tienen un papel que desempeñar, desde aumentar la demanda general de alimentos nutritivos eligiendo alimentos saludables, hasta no dejar que los hábitos sostenibles se queden en el camino, a pesar de la pandemia y su incertidumbre.
Cerrando la brecha digital
Las tecnologías digitales son clave para transformar la forma en que se producen, procesan, comercializan y consumen los alimentos y para construir sistemas alimentarios más resistentes y sólidos. Tienen el potencial de cerrar la gran brecha digital entre países desarrollados y en desarrollo, ciudades y áreas rurales, hombres y mujeres, jóvenes y mayores. Pero la digitalización es una realidad lejana para más de 3000 millones de personas en el mundo que carecen de acceso a Internet, la mayoría de las cuales vive en zonas rurales y remotas.
Las nuevas tecnologías prometen cambios revolucionarios para los pequeños agricultores. Esto incluye imágenes satelitales, teledetección y aplicaciones móviles y de cadena de bloques con el potencial de optimizar las cadenas alimentarias, aumentar el acceso a alimentos nutritivos, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, mejorar la gestión del agua, luchar contra plagas y enfermedades, monitorear los bosques o preparar a los agricultores para desastres.
Para la FAO es esencial una formación intensiva para mejorar las habilidades digitales de los agricultores y dar voz a sus necesidades e ideas, así como incentivos para fomentar la producción de alimentos nutritivos y diversos.