Cultura, cocina y campo

» Aprovechar el potencial del agroturismo sirve para mejorar los medios de vida rurales y promover los sistemas agroalimentarios sostenibles en Albania.

© FAO

El Parque Nacional del Río Silvestre Vjosa, con sus valles fluviales, que se han mantenido intactos, y sus imponentes paisajes, anima cada año tanto a amantes de la naturaleza como a aventureros a visitar Albania.

En este Parque Nacional, cerca de las termas de Bënje, encontramos la granja-restaurante de la familia Lile. Su negocio familiar, además de alojamiento y comida albanesa y griega, ofrece vino, gliko (una conserva tradicional de frutas) y raki, licor destilado que goza de gran estimación en los Balcanes y el Mediterráneo meridional.

En los últimos años, el número de turistas que visitan Albania se ha duplicado con creces: en 2016 hubo 4 millones de visitantes, mientras que entre enero y octubre de 2023 ya se registraron 8,4 millones de visitantes. Este considerable auge del turismo ha dado lugar a una gran demanda de alimentos locales de calidad y de servicios conexos.

Esta circunstancia representa una gran oportunidad de hacer que las empresas familiares del sector agroturístico aumenten su capacidad para satisfacer la creciente demanda. Albania ha reconocido que potenciar este sector puede crear nuevas oportunidades de mercado e impulsar el desarrollo rural.

El agroturismo es un magnífico ejemplo de un enfoque de sistemas que reúne muchos sectores interrelacionados: la agricultura, el turismo, las infraestructuras, la comercialización, la alimentación, la cultura y las economías locales. Los países que los abordan todos con un enfoque integral pueden detectar los principales escollos al cambio, así como nuevas oportunidades para el crecimiento.

En 2022, con la finalidad de ayudar al Gobierno de Albania en esta tarea, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través del proyecto de Sistemas Alimentarios Sostenibles en el Mediterráneo (SFS-MED), impartió capacitación, facilitó el diálogo entre representantes locales y nacionales y, a la vez, ofreció sus conocimientos especializados a las partes interesadas de diversos sectores para fortalecer el agroturismo y mejorar los medios de vida rurales.

“Hasta este año, mis padres llevaban el negocio ellos solos. No sabíamos que estuviera disponible este tipo de ayuda. Ahora somos más optimistas y estamos más abiertos a aprender de otras organizaciones”, nos cuenta Fabja Lile.

Anteriormente, su familia había recibido formación del Programa de Apoyo a las Asociaciones Rurales, una ONG local que participa en el proyecto SFS-MED.

“Nos ayudaron, no solo con los aspectos materiales, como la construcción de un invernadero para que podamos cultivar hortalizas todo el año, sino que también nos abrieron la mente”, añade Fabja.

Abordar las diferencias entre las zonas rurales y urbanas 

Según los cálculos del Banco Mundial, la producción de las zonas urbanas de Albania es unas 11 veces mayor que la de las zonas rurales, pese a que la población que vive en las ciudades es tan solo 1,3 veces mayor que la que reside en el campo. Esta diferencia se debe a limitaciones, tales como una infraestructura insuficiente. Otra dificultad con que tropiezan las zonas rurales —en las cuales la mayoría de las tierras cultivadas corresponde a pequeñas granjas familiares— es la falta de mano de obra adecuada, ya que muchos jóvenes migran a la ciudad o al extranjero en busca de mejores oportunidades económicas.

Además, a la población rural, que va envejeciendo, le cuesta seguir el ritmo de las innovaciones tecnológicas y los cambios de las preferencias de los consumidores. A pesar de que los agroempresarios modernizan las prácticas de producción, a menudo los productos de elaboración local no cumplen las normas de inocuidad y de calidad, ni satisfacen las exigencias del mercado.

Tras determinar estas esferas esenciales de la brecha entre las zonas rurales y las urbanas, Albania se marcó el objetivo de aumentar la prosperidad mediante esfuerzos colectivos en todos los sectores interrelacionados que rodean el agroturismo.

Aprendizaje mutuo

Para ayudarle a conseguir este objetivo, el proyecto SFS-MED de la FAO reunió a agricultores, empresarios del sector agroturístico, instituciones de microfinanciación, escuelas de cocina, y particulares del sector agroturístico en un espacio inclusivo que fomentaba la colaboración. Uno de los principales descubrimientos fue la necesidad de asegurar que los jóvenes de la zona dispongan de las habilidades necesarias para convertirse en futuros innovadores del sector agroalimentario.

“Las generaciones más jóvenes demuestran tener el talante apropiado para aplicar mejores modelos de negocio, pero carecen de experiencia y de oportunidades de financiación para poner en marcha un negocio”, observa Eldi Ceco, quien participa en el diálogo promovido por el proyecto SFS-MED y dirige el Centro ABA, empresa de consultoría y asesoramiento para agricultores.

Ayudar a los jóvenes a desarrollar sus competencias y encontrar oportunidades en el sector agroturístico no solo fomentará que haya nuevas ideas e innovaciones en Albania, sino que también ofrecerá a los jóvenes una alternativa a la migración para encontrar perspectivas económicas mejores.

Posteriormente, el proyecto SFS-MED también reunió a empresarios del sector agroturístico con expertos en agronomía, la ONG local Programa de Apoyo a las Asociaciones Rurales y un banco de semillas con la finalidad de promover asociaciones y redes de empresas agrícolas. A partir de estas diversas conexiones, las empresas recibieron capacitación sobre prácticas de agricultura sostenible, entre otras cosas, acerca de la reducción del uso de agua y plaguicidas, el compostaje orgánico y el riego por goteo.

La familia Lile consiguió aumentar la visibilidad de su negocio familiar mediante el etiquetado de los productos, que presentaron en ferias de muestras. También aprendieron sobre las mejores prácticas agroturísticas en el viaje de estudios a Apulia, región del sur de Italia, organizado por SFS-MED. En dicho viaje de estudios pudieron ver cómo los agricultores italianos combinan la agricultura orgánica con el turismo, para ofrecer una cocina tradicional basada en productos de origen local. Fue también una oportunidad para que los empresarios del sector agroturístico albanés pudieran observar y aprender de sus homólogos italianos de la zona de Apulia y dialogar con ellos.

En conjunto, las actividades del proyecto SFS-MED ayudaron a los pequeños agricultores y a los agroempresarios a abordar la creciente demanda del turismo en Albania de una forma que les ayudara a adoptar métodos de cultivo sostenibles, mejorar las prácticas comerciales y aprovechar el aprendizaje mutuo a fin de elaborar productos más inocuos y de mayor calidad.

La historia y las fotos relacionadas se pueden encontrar en:

https://www.fao.org/newsroom/story/culture-cuisine-and-countryside/es

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