Por Holger Göpel (dpa)
Berlín/Atenas, 12 jul (dpa) – El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, ha planteado la conveniencia de que Grecia sea excluida de la eurozona durante un período de cinco años.
¿Es posible un ‘Grexit’ temporal y cuáles serían las consecuencias?
La palabra “Grexit” es una combinación entre “Greece” y “exit” y significa la salida voluntaria o forzada de Grecia de la eurozona. En tal caso, el euro dejaría de ser una moneda de curso legal y tendría que ser sustituida por una moneda nacional, por ejemplo un nuevo dracma. Tal escenario no tiene precedentes y no está previsto en los tratados de la Unión Europea (UE). Por tanto, los otros países miembros no pueden decidir una expulsión de Grecia de la unión monetaria europea. Los expertos ven en el mejor de los casos la posibilidad de que Grecia abandone la UE pro forma para volver a incorporarse inmediatamente, pero sin el euro, como es el caso de algunos países miembros que no han adoptado la moneda común.
¿Una salida temporal del euro es algo diferente de un Grexit?
Si se encuentra una fórmula para una salida ordenada de Grecia de la eurozona, el país heleno sería un miembro de la UE sin el euro como moneda, como es el caso de países como Polonia, la República Checa, Rumania o Croacia. Sin embargo, los tratados obligan a estos países a ordenar sus finanzas de tal forma que cumplan en un futuro no lejano los criterios, sobre todo en cuanto al déficit presupuestario y el nivel de la deuda global, para la introducción del euro. Una vez que cumplan esos criterios, están obligados a introducir también el euro. Si se equipara a Grecia con esos países, también Atenas estaría obligado a tomar las medidas pertinentes que permitan una (nueva) introducción del euro.
¿Cuál sería la reacción de los mercados financieros?
La mayoría de los expertos coincide en que Grecia, si saliera temporalmente del euro, no se enfrentaría con un rechazo total por parte de los mercados como todavía se temía hace algunos años. Después de la quita de la deuda griega, muchos bancos privados de deshicieron de los bonos del Estado griegos. Actualmente, la mayor parte de las deudas griegas está en manos de acreedores públicos, es decir, los contribuyentes europeos. Aunque las deudas públicas de Grecia seguirían nominadas en euros en el caso de un Grexit, la mayoría de los expertos considera poco probable que Grecia pague las deudas en su totalidad.
¿Y cuáles serían las consecuencias para la economía real?
Fuera de Grecia, los problemas probablemente no se desbordarían. El producto interior bruto de Grecia es modesto y la interdependencia económica entre el país y el resto de Europa es escasa. Para la economía griega, la introducción de una moneda nacional notablemente devaluada podría mejorar la competitividad a medio plazo porque los productos griegos comprados con euros serían más baratos. Sin embargo, el cambio del euro a una moneda nacional podría inicialmente paralizar la economía griega, provocando una grave recesión. Por otra parte, se encarecerían enormemente las importaciones desde otros países, por ejemplo desde los miembros de la eurozona. Si el gobierno griego acelerara la máquina de imprimir dinero para contrarrestar esos efectos negativos, la inflación aumentaría y el dinero perdería rápidamente su valor.
¿El dracma sería un beneficio para la población griega?
Los salarios se pagarían en la nueva moneda nacional, que probablemente tendría escaso valor internacional. Las mercancías importadas, especialmente, se encarecerían considerablemente, no sólo los alimentos, sino también los automóviles, la ropa o los aparatos electrodomésticos, por ejemplo. Probablemente también subirían mucho los precios de la energía, es decir, la gasolina, el gasoil de calefacción y la electricidad. Si adicionalmente se produce una inflación galopante, el poder adquisitivo de los griegos se reduciría cada vez más y mucha gente ya no podría permitirse hacer viajes al exterior.
En tal caso, ¿Grecia seguiría siendo un socio político fiable?
Los expertos temen, al menos durante un período de transición, un aumento masivo de la pobreza, exclusiones sociales, y posibles disturbios internos. Ellos dudan de que en ese caso Atenas pudiera seguir cumpliendo de forma adecuada sus obligaciones como país miembro de la UE. Ya en la actualidad existen fricciones en temas como la política respecto a los refugiados, y la OTAN teme que podría haber caos en un país miembro que forma parte de una región geopolíticamente convulsa. Además, existe el temor de que Grecia podría estrechar aún más sus relaciones con Rusia y China.
¿Existe el riesgo de contagio de una salida griega?
También otros países europeos, sobre todo los del sur, están altamente endeudados. Muchos analistas temen que la salida de un país del euro podría servir de ejemplo para otros socios. Un Grexit abriría una puerta de salida que no ha existido hasta el momento.
