California, 8 set (VOA) – Los trabajadores agrícolas en Estados Unidos considerados esenciales por ser cruciales en la cadena de suministro de alimentos, están enfrentando un verano de crisis en California.
No solamente los efectos de la pandemia del COVID-19 ha llegado a los campos donde laboran, sino que ahora se enfrentan también los golpea el clima extremo y los incendios que han arrasado con grandes áreas en todo el estado.
“Los campesinos están viviendo de desastre tras desastre. No solamente es la pandemia, es la calor, los pesticidas, los incendios forestales”, dijo Leydy Rangel, miembro de la fundación de la Unión de Campesinos a la Voz de América.
Leydy Rangel, dice que los bajos sueldos que reciben estos trabajadores les obliga a vivir en hacinamiento, e incluso, para transportarse lo hacen en grupos grandes para ahorrar costos, pero esto, a su vez, impide que haya distanciamiento físico, algo esencial para la prevención de contagio del coronavirus.
Y a eso, según Rangel, también se suma al escaso acceso a atención médica y pruebas del COVID, lo que ponen a trabajadores agrícolas en riesgo extremo.
“Cuando se realizan una gran cantidad de pruebas, la mayoría de los campesinos que recibieron estas pruebas salen positivos del virus”, dijo a la VOA.
Miles de campesinos han sido infectados en brotes en comunidades agrícolas a lo largo del estado de California, pero a pesar del miedo a una complicación y saber que pueden contagiar a otros, no paran de trabajar.
“Es que la necesidad, pues, nos hace trabajar…” dice Jorge Sánchez, uno de los muchos campesinos afectados. Agrega que a veces no se puede cuidar porque tiene que trabajar para ganarse la vida.
Ante la gravedad de la situación, las autoridades del estado de California, establecieron sitios móviles con pruebas gratuitas para estos trabajadores y Jorge Sánchez aprovechó uno de ellos, “cuando es gratis, hay que venir a que se los hagan”, indicó.
Para limitar el riesgo de transmisión, a finales del mes de julio, California lanzó el programa Vivienda para la Cosecha, que brinda sitios seguros donde campesinos que dan positivo al COVID-19, o estuvieron expuestos al virus, puedan hacer cuarentena. Pero Rangel insiste en que, además de un aumento salarial, necesitan mucha más ayuda.
“Necesitan equipos de protecciones personales, mascarillas, acceso a las pruebas de COVID-19 y eso es solamente lo básico”, reconoció la sindicalista.
En otros estados de EE.UU. como en Florida, las autoridades también han presentado planes de asistencia y prevención para los trabajadores agrícolas, llevando laboratorios móviles a las zonas donde los campesinos habitan.