COVID-19 explota la vigilancia débil, el mal gobierno y la falta de educación en América Latina

Un barrendero limpia las calles del Palacion Maya en la ciudad de San Marcos en Guatemala. OIM/Ester Vargas
Un barrendero limpia las calles del Palacion Maya en la ciudad de San Marcos en Guatemala. OIM/Ester Vargas

Ginebra, 24 jun (elmundo.cr) – América Latina aún no ha llegado al pico de los contagios de coronavirus y varios países presentan “tendencias preocupantes”, aseguró este lunes la Organización Mundial de la Salud durante su conferencia de prensa habitual.

En muchos países se ve todavía una alta transmisión comunitaria, por lo que los especialistas de la Organización creen que la epidemia seguirá evolucionando y no ha llegado al pico.

“Muchos países experimentaron entre 25% y 50% de aumentos en casos en la última semana, lo que significa que en muchos países en América Central y del Sur y en las Américas en general están sufriendo transmisión comunitaria sostenida y el viaje para ellos hacia el pico todavía no llega, no han alcanzado niveles bajos de transmisión”, explicó el director de emergencias de la OMS, Michael Ryan.

Aseguró que por lo tanto es probable que haya un nivel sostenido de casos, así como más muertes en las próximas semanas.

“Tratar de predecir cuántos no ayuda en este momento. Le reiteramos a los países que debe existir un enfoque integral de todo el Gobierno y toda la sociedad, así como una comunicación muy clara con los ciudadanos sobre las medidas que tienen que tomar para protegerse. También debe haber una inversión sostenida en el sistema de salud pública y la capacidad para aislar, hacer test y rastrear casos y contactos”, explicó.

El virus responde a las medidas que se tomen

El experto añadió que será muy difícil sacar a los países de la pandemia a menos que se logren tomar esas medidas de salud pública.

“Si no tenemos esas capacidades, pues la idea de alargar las medidas de confinamiento no puede ser excluida. Realmente nadie quiere volver a esto, pero la única manera en algunas circunstancias es una inversión muy agresiva en la capacidad para detectar casos, poner a sus contactos en cuarentena, y mantener a las comunidades incluidas y sin coerción para apoyar las medidas del Gobierno, en un ambiente de confianza”, aseguró.

Preguntado por cuándo se alcanzará el máximo de contagios en la región, Ryan dijo que es muy difícil predecir, pero insistió en que el virus no actúa solo, sino que explota la vigilancia débil, el mal gobierno, y la falta de educación de las comunidades.

“Esos son los problemas que tenemos de abordar, si lo hacemos los números van a bajar, esto es lo que ha pasado, esa es la realidad de esta pandemia. Los números reaccionan a la respuesta. No hay magia ni hechizos, no podemos adivinar cuándo va a terminar. Tenemos que actuar a todos los niveles y usar los recursos disponibles. Miren a los países que han tomado acciones y contenido la enfermedad y encontrarán la respuesta”, reiteró Ryan.

El experto aseguró que la duración de la pandemia en la región está siendo influenciada en cada país por la densidad de la población, la existencia de megaciudades y bolsillos de pobreza donde pueden haber contagios que no se detectan, así como la respuesta en general.

“Nos preguntan mucho por el pico, y debemos dejar de predecir, porque los modelos que se han hecho no todas han coincidido por la realidad. Debemos concentrarnos en lo que los países pueden hacer para suprimir la transmisión y salvar vidas”, agregó la epidemióloga líder de la OMS, Maria Van Kerhove.

No solo COVID-19, pero también gripe

Los expertos aseguraron que, además, en parte del continente están entrando en la temporada de gripe lo que hará la situación todavía más difícil porque se pueden confundir casos de las dos enfermedades. Por eso, dijeron, es importante mantener los sistemas de vigilancia de la COVID-19 y de la gripe.

“Habrá un aumento de las enfermedades respiratorias, y esto va a complicar la habilidad para tratarlas, porque no sabremos si tienen gripe o COVID-19, y esto hará la situación mucho más difícil de comprender”, aseguró Van Kerhove.

Diez millones de casos en el mundo y la importancia del oxígeno

En el primer mes de este brote, se reportaron menos de 10.000 casos. En el último mes, se han reportado casi 4 millones de casos.

“Se espera que alcancemos un total de 10 millones de casos dentro de la próxima semana”, aseguró el director de la Organización Mundial de la Salud durante la conferencia.

Para Tedros Adhanom Gebreyesus se trata de un recordatorio de que incluso mientras se espera e investigan vacunas y terapias, existe la responsabilidad urgente de hacer todo lo posible con las herramientas ya existentes para suprimir la transmisión y salvar vidas.

Una de las formas más efectivas de salvar vidas, dijo, es proporcionar oxígeno a los pacientes que lo necesitan.

“Los pacientes con COVID-19 grave y crítico no pueden obtener suficiente oxígeno en la sangre al respirar normalmente. Necesitan mayores concentraciones de oxígeno y apoyo para llevarlo a sus pulmones. Si no se trata, el COVID-19 severo priva a las células y los órganos del oxígeno que necesitan, lo que finalmente conduce a la insuficiencia orgánica y la muerte”, explicó el director de la Organización Mundial de la Salud.

La OMS estima que, a la tasa actual de aproximadamente un millón de casos nuevos por semana, el mundo necesita alrededor de 620,000 metros cúbicos de oxígeno al día, que son unos 88.000 cilindros grandes.

“Sin embargo, muchos países ahora están experimentando dificultades para obtener concentradores de oxígeno. El 80% del mercado es propiedad de unas pocas empresas, y la demanda actualmente supera la oferta”, advirtió.

La ONU está trabajando con fabricantes de todo el mundo a través de una variedad de redes del sector privado para comprar concentradores de oxígeno para los países que más los necesitan.

“Las conversaciones en curso con los proveedores en las últimas semanas han permitido a la OMS comprar 14.000 concentradores de oxígeno, que se enviarán a 120 países en las próximas semanas. Hemos identificado otros 170.000 concentradores que pueden estar disponibles en los próximos seis meses, con un valor de 100 millones de dólares”, informó.

La Organización está apoyando a varios países a comprar equipos que les permitan generar su propio oxígeno concentrado en grandes cantidades. Esta es una solución sostenible para COVID-19 y más allá, pero requiere experiencia técnica para el mantenimiento.

También ha publicado especificaciones técnicas para el diseño de este equipo, así como orientación para los países sobre fuentes y distribución de oxígeno.

“Esta es solo una de las formas en que la OMS continúa apoyando a los países con ciencia, solidaridad y soluciones”, dijo Tedros.

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