La Habana, 18 abr (VOA)- Después de seis décadas bajo la dirección de Fidel Castro y su hermano Raúl Castro, Cuba inició el jueves a escribir una nueva página bajo el liderazgo de un nuevo presidente.
Los diputados eligieron al ingeniero Miguel Díaz-Canel, de 57 años, para reemplazar a Raúl Castro al frente del gobierno de Cuba por 603 votos de los 604 parlamentarios presentes, quienes comenzaron sus sesiones el miércoles con el objetivo de constituir un nuevo Consejo de Estado, el máximo órgano de gobierno.
Al lado de Díaz-Canel, el presidente saliente se puso de pie para aplaudir a su sucesor en Cuba, que por primera vez no tendrá en su máximo cargo a una persona que no se apellide Castro.
“Agradezco a todos la confianza que nos ha sido depositada”, dijo Díaz-Canel desde el estrado de la Asamblea Nacional al inicio de su primer discurso como nuevo mandatario de la isla.
Díaz Canel prometió luchar contra cualquier intento de subversión por las fuerzas capitalistas y defender el régimen establecido por sus predecesores, así como continuar perfeccionando el modelo socialista.
“La revolución continúa”, agregó Díaz-Canel durante su discurso.
Luego de la oficialización del mandato, tanto Díaz-Canel como Castro subieron al podio presidencial. Ambos de traje oscuro saludaron a la bandera.
Una de sus primeras peticiones fue pedir a la Asamblea posponer la entrega de los nombres del gabinete, aunque sí solicitó aprobar al histórico líder sindical Salvador Valdés como vicepresidente del Consejo de Ministros.
Díaz-Canel dijo que inicia “un nuevo mandato al servicio de una nación que nos enorgullece”.
Hizo, también, un gesto a la generación de los líderes revolucionarios.
“Dedicamos el primer pensamiento a la generación histórica”, dijo. “Cuba espera que seamos como ellos”.
Cuba tiene un modelo unipartidista y el único con personería legal es el Partido Comunista de Cuba, que no se presenta a elecciones pero según la Constitución dirige la construcción del Estado socialista.
Reacciones
Las reacciones no se hicieron esperar, el senador estadounidense Marco Rubio, emitió un comunicado en el que dijo que las elecciones en Cuba son una “predeterminada farsa” y que el país seguirá siendo una “isla encarcelada bajo el gobierno de un solo partido”.
“La dictadura cubana trata de mostrar esta elección como un paso hacia el cambio, sin embargo, todos sabemos que Díaz-Canel y el régimen seguirán siendo un enemigo de la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley”, manifestó Marco Rubio.
El senador también enfatizó que si Castro quisiera realmente un cambio democrático debería convocar a elecciones libres, justas y multipartidistas.
Por su parte, el Departamento de Estado estadounidense señaló su posición sobre las elecciones en Cuba y dijo que “no es un proceso democrático”.
“Nos gustaría que los ciudadanos puedan opinar sobre sus resultados políticos, y ciertamente no parece que la gente común tenga voz. Básicamente no tienen una opción real y significativa porque no es un proceso democrático”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, un día previo a que se inicie el proceso de sucesión en Cuba.
Otra persona en reaccionar fue el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, felicitó a través de su cuenta de Twitter al nuevo presidente de Cuba al que llamó “gran amigo de Ecuador y de la revolución ciudadana”.