Comienza fase decisiva del juicio contra célula neonazi alemana NSU

Tras más de cuatro años y casi 400 audiencias celebradas, el proceso judicial contra la célula alemana neonazi Resistencia Nacionalsocialista (NSU), acusada de asesinar a ocho inmigrantes turcos, a uno griego y a una policía alemana entre los años 2000 y 2007, entró hoy en su fase decisiva.

Una semana más tarde de lo previsto inicialmente y tras dar por terminado el periodo de registro de pruebas de este macrojuicio con más de 800 testigos, el Tribunal Regional Superior de Múnich dio la venia para que hoy comenzase la fase de alegatos.

La Fiscalía ha sido la primera de las partes en intervenir en la recta final de esta causa que, desde que se inició, contó en Alemania con una expectación mediática inédita.

Desde el Ministerio Público exigieron que la principal encausada, la presunta terrorista de derechas Beate Zschäpe, sea juzgada como coautora de los asesinatos perpetrados por la NSU al entender que la mujer fue cofundadora y miembro de una organización terrorista.

Además, el fiscal Herbert Diemer dijo que los cargos presentados por la acusación contra ella y contra otros cuatro presuntos colaboradores se han ido confirmando en todos sus aspectos significativos.

Hasta ahora, Zschäpe, la única superviviente del trío neonazi, que con dos compañeros Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, ambos ya fallecidos, está acusada de cometer entre 1998 y 2011 diez asesinatos, 15 robos y dos atentados con bomba, había sido acusada de cómplice en los delitos.

Diemer apuntó que la principal enjuiciada, junto con sus dos amigos, asesinó a nueve personas de origen turco y griego, atacó mortalmente a una agente de Policía alemana y perpetró un ataque con bomba en Colonia contra el negocio de una familia iraní.

Asimismo, acusó a Zschäpe de consumar varios atracos graves y de prender fuego a la última vivienda que compartía con Mundlos y Böhnhardt una vez que ambos habían muerto.

En contra de la declaración prestada por la acusada, el fiscal argumentó que ella era un miembro más de la célula y que participó en la logística necesaria para cometer los crímenes.

“El motivo para perpetrar estos delitos fue una ideología extremista de derecha. El objetivo era tener un país sin extranjeros”, señaló Herbert Diemer.

“La NSU intentó poner en marcha un vil régimen nazi. Las víctimas sólo fueron ejecutadas por su origen extranjero (…). Todas las víctimas fueron seleccionadas aleatoriamente”, agregó.

Zschäpe se enfrenta a una pena de cadena perpetua. Junto con ella rinden cuentas ante la Justicia Carsten S., Ralf W., André E. y Holger H, acusados de colaboración en la trama de violencia ultraderechista que más revuelo ha causado en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial.

En los últimos cuatro años, la Justicia alemana llamó a declarar a 815 testigos y consultó a 42 expertos para intentar arrojar luz sobre la célula neonazi que sembró durante años el terror en Alemania.

El caso, que comenzó a juzgarse en mayo de 2013, dejó al descubierto graves fallos por parte de la Policía y los servicios de inteligencia germanos, que no tuvieron la mínima sospecha de una posible motivación racista y dirigieron las pesquisas hacia el entorno de las víctimas, suponiendo que eran ajustes de cuentas entre mafias extranjeras.

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