Budapest, 31 ago (dpa) – La policía húngara se retiró hoy de la Estación del Este de Budapest, donde hasta ahora se encontraban varados miles de refugiados que ahora intentan viajar a Viena, informó el portal de Internet origo.
Según la televisión húngara, tras la retirada de la policía se formaron largas filas ante las ventanillas de venta de billetes en la estación de Budapest. Desde esta mañana, cientos de refugiados se están subiendo a trenes con destino a la capital austriaca, algo que la policía llevaba días impidiendo.
Por el momento el gobierno húngaro no ha explicado el cambio de actitud de las fuerzas del orden, mientras que el Ejecutivo alemán desmintió rumores que afirmaban que se habían dispuesto trenes especiales para trasladar a los refugiados desde Hungría a Alemania.
La empresa de ferrocarriles austriaca anunció que sus trabajadores decidirán en la frontera con Hungría si se admiten los trenes o no. No se indagará sobre si en los trenes viajan refugiados u otros pasajeros, explicó el portavoz de la compañía a medios austriacos. Sin embargo se podrá impedir el transporte si alguien no lleva billete o si los trenes van sobrecargados.
Así ocurrió con un tren rápido que fue parado en Hegyeshalom, en la frontera, con unas 300 personas a bordo, al que subieron funcionarios austriacos para controlar los documentos de los refugiados, informó un portavoz de la policía. Quien ya haya solicitado asilo en Hungría no podrá entrar en Austria, señaló. El resto será llevada a Viena en un tren regional. Si solicitan asilo en Asutria, serán repartidos en centros de acogida. Al resto no se les impedirán continuar su viaje a Alemania, aseguró.
Según la organización humanitaria Migration Aid, en las estaciones de Budapest hay hasta 2.000 solicitantes de asilo a los que la sobrepasada oficina de migración no puede ofrecer alojamiento.
En tanto, en la frontera entre Hungría y Austria se formaron hoy kilómetros de atascos debido a los controles de tráfico austriacos. Tras el reciente hallazgo de 71 refugiados muertos en un camión frigorífico en una carretera austriaca, tanto Austria como el estado federado alemán de Baviera han intensificado la búsqueda de traficantes de personas. Según la policía, solo en Austria fueron detenidos el domingo cinco supuestos traficantes y detectados más de 200 refugiados.
“Quien vaya a Hungría debe registrarse allí y solicitar allí el asilo”, afirmó hoy el Ministerio de Interior alemán. Berlín negó también que hubiese dejado de aplicar el denominado reglamento de Dublín, según el cual el primer país de la Unión Europea (UE) en el que entran los refugiados es responsable de cursar sus solicitudes de asilo.
El gobierno húngaro había pedido a Alemania una “aclaración de cuestiones jurídicas” sobre el desplazamiento de los refugiados que se encuentran en Hungría. “Mientras que Hungría se atiene a la legislación de la UE, Alemania tiene un comportamiento indulgente”, dijo hoy un portavoz húngaro, que aseguró que Budapest se atiene a la norma de que un país comunitario sólo debe debe dejar pasar a una persona de fuera de la UE a otro país comunitario si esta tiene un visado en regla.
Según quiso dejar claro hoy la propia canciller germana, Angela Merkel, el reglamento de Dublín se sigue aplicando. Alemania anunció recientemente que no devolvería a los refugiados sirios a los países de la UE a través de los que hubiesen entrado en territorio comunitario. Según Merkel, ese anuncio parece haber generado “cierta confusión”, pero el reglamento de Dublín sigue vigente. Eso quiere decir que los refugiados deben registrarse en el país por el que entran en territorio comunitario
Los ministros de Interior y Justicia de la UE celebrarán una reunión extraordinaria el 14 de septiembre para abordar la crisis de refugiados. Hasta ahora la mayor parte de ellos son acogidos por unos cuantos países, sobre todo Alemania, mientras que muchos otros se niegan a hacerlo.
Por su parte, Eslovaquia, la República Checa, Polonia y Hungría acordarán una posición conjunta respecto a la crisis en una cumbre que celebrarán el próximo viernes o domingo, según anunció el primer ministro eslovado, Robert Fico. El político de izquierda aseguró que no quiere ceder a la presión de los países del oeste de la UE y apuntó que el establecimiento de cuotas obligatorias de acogida de refugiados sólo impulsaría el crimen organizado.
Mientras tanto, pese a la valla de alambre levantada por Hungría en la frontera entre Serbia, la policía húngara interceptó el domingo a 2.890 refugiados que habían entrado al país por el país vecino, informaron hoy las autoridades.
El sábado fueron 3.080. Ese mismo día el Ministerio de Defensa húngaro anunció la terminación, dos días antes de lo previsto, de la valla de 175 kilómetros que separa la frontera con Serbia. La valla de alambre de espino se completará hasta finales de octubre con una tela metálica.
El gobierno nacionalista de derecha de Budapest espera así frenar la ola de refugiados, pero la medida ha sido criticada internacionalmente, entre otros por el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, y por políticos alemanes.