San José, 14 may (elmundo.cr) – En un gesto que refuerza su creciente influencia en la región, China anunció este lunes que aportará 9.200 millones de dólares en créditos a países de América Latina y el Caribe, como parte de una estrategia para “respaldar su desarrollo” económico y social.
La iniciativa fue revelada en el marco del Foro de Cooperación China-CELAC, donde representantes del gobierno chino destacaron el compromiso de Pekín con el fortalecimiento de la infraestructura, la transición energética, la conectividad digital y la reducción de la pobreza en países latinoamericanos.
Según fuentes oficiales, los fondos serán canalizados a través de entidades financieras como el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China, y estarán disponibles mediante líneas de crédito concesionales, préstamos para proyectos estratégicos y esquemas de cooperación bilateral.
“América Latina es un socio clave en el nuevo orden económico mundial. Estos fondos buscan impulsar un desarrollo sostenible y compartido”, afirmó Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China.
Cooperación en ascenso
Este nuevo paquete financiero se suma a una serie de acuerdos bilaterales y megaproyectos impulsados por China en la región durante la última década, en sectores como transporte, energía, telecomunicaciones y minería.
Países como Argentina, Brasil, Perú y Panamá ya han recibido inversiones sustanciales en infraestructura ferroviaria, puertos y redes 5G, mientras que otras naciones han mostrado interés en unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, promovida por el gigante asiático.
¿Interés estratégico?
Expertos consultados señalan que, si bien estos créditos pueden representar una oportunidad para proyectos clave en la región, también refuerzan la influencia estratégica de China frente a Estados Unidos, históricamente el principal socio comercial de América Latina.
“El financiamiento chino ha ganado terreno no solo por su volumen, sino por su rapidez y menor condicionalidad política”, apuntó Javier Gómez, analista internacional. “Sin embargo, los países deben evaluar cuidadosamente los términos de repago y el impacto en su soberanía económica”.