Washington, 15 abr (VOA) – El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, realizó una visita no anunciada a Afganistán el jueves para promover entre los líderes afganos y el público cauteloso sobre la decisión del presidente Joe Biden de retirar todas las tropas estadounidenses del país y poner fin a la guerra más prolongada de Estados Unidos.
Blinken se reunió con el presidente afgano Ashraf Ghani, el director ejecutivo Abdullah Abdullah y figuras cívicas, un día después de que Biden anunciara que los 2.500 soldados estadounidenses restantes en Afganistán regresarían a casa antes del 20 aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre que llevaron a la Invasión estadounidense.
Su viaje también se produjo después de que la OTAN inmediatamente siguiera su ejemplo, diciendo que sus aproximadamente 7.000 soldados no estadounidenses en Afganistán partirían en unos pocos meses, poniendo fin a la presencia militar extranjera que había sido una realidad para una generación de afganos que ya se tambaleaba por más de 40 años de conflicto.
Blinken trató de tranquilizar a los líderes afganos de que la retirada no significaba el fin de la relación entre Estados Unidos y Afganistán.
“Quería demostrar con mi visita el compromiso continuo de Estados Unidos con la República Islámica y el pueblo de Afganistán”, dijo Blinken a Ghani cuando se reunieron en el palacio presidencial en Kabul. “La asociación está cambiando, pero la asociación en sí es duradera”.
“Respetamos la decisión y estamos ajustando nuestras prioridades”, dijo Ghani a Blinken, y expresó su gratitud por los sacrificios de las tropas estadounidenses.
Blinken llegó a la capital afgana desde Bruselas, donde él y el secretario de Defensa Lloyd Austin informaron a los funcionarios de la OTAN sobre el movimiento y el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que la alianza también se iría.
Más tarde, en una reunión con Abdullah, Blinken repitió su mensaje, diciendo que “tenemos un nuevo capítulo, pero es un nuevo capítulo que estamos escribiendo juntos”.
“Estamos agradecidos con su gente, su país, su administración”, dijo Abdullah.
A pesar de miles de millones de dólares estadounidenses en ayuda, Afganistán 20 años después tiene una tasa de pobreza del 52% según cifras del Banco Mundial. Eso significa que más de la mitad de los 36 millones de habitantes de Afganistán viven con menos de 1,90 dólares al día.
Afganistán también es considerado uno de los peores países del mundo para ser mujer según el Instituto de Georgetown para la Paz y la Seguridad de la Mujer.