En la mañana del 7 de octubre de 2023, dos terremotos consecutivos de magnitud 6,3 sacudieron el oeste del Afganistán, con consecuencias devastadoras en términos de pérdida de vidas, heridos y daños en toda la región. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), 1 384 personas murieron y 1 853 resultaron heridas. Más de 21 500 viviendas quedaron destruidas, lo que afectó a unas 154 000 personas. Los canales de riego, que son vitales para los cultivos, resultaron muy dañados; muchos animales murieron o quedaron debilitados, y los supervivientes necesitaron ayuda para reanudar la siembra.
Apenas dos días después del desastre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ya había completado una rápida evaluación de la repercusión de los daños causados a las personas, el ganado y los cultivos, y dirigió a los equipos de intervención en casos de emergencia adonde más se necesitaban.
Esa celeridad fue posible gracias a la creación del Centro de datos en emergencias (Centro DIEM), que ha revolucionado la capacidad de la FAO para recopilar, analizar y difundir datos en los países donde se han producido crisis.
“Al organizar operaciones de socorro, los primeros días tras el desastre son cruciales. Contar con datos detallados, exhaustivos y oportunos nos permite ayudar a las personas que más lo necesitan”, afirmó el Sr. Rein Paulsen, Director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO.
Para ello, el Centro DIEM combina la teledetección, mediante imágenes de satélite, con datos primarios, procedentes de encuestas y entrevistas que realizan encuestadores locales sobre el terreno. Todo ello se traduce en una comprensión rápida y detallada de los efectos de las crisis y en intervenciones más fundamentadas y más rápidas. Los fenómenos analizados por la plataforma DIEM comprenden tanto los desastres naturales como los provocados por el hombre, desde fenómenos relacionados con el clima hasta erupciones volcánicas y plagas invasoras, pasando por conflictos o crisis económicas.
Creado durante la primera ola de la pandemia mundial de la enfermedad por coronavirus (COVID 19), el objetivo del Centro DIEM es fundamentar la toma de decisiones en apoyo de las intervenciones de emergencia, con el fin de proteger a las personas y los medios de vida agrícolas.
Más allá de las situaciones de emergencia, la FAO también utiliza el Centro DIEM para hacer un seguimiento regular de los países propensos a sufrir desastres naturales y que se enfrentan a distintos niveles de inseguridad alimentaria. Las múltiples rondas de recogida de datos a lo largo de varios años hacen que el Centro DIEM pueda descubrir tendencias en el tiempo y en el espacio. La rapidez de análisis de la herramienta y el grado de detalle y la frecuencia de los datos les otorgan a estos un valor incalculable para que la FAO, diversos organismos de las Naciones Unidas, gobiernos y otros asociados en todo el mundo puedan ofrecer respuestas oportunas.
Respuesta al terremoto del Afganistán
En el caso de la respuesta al terremoto de Herat, la FAO completó su rápida evaluación de la repercusión el 9 de octubre, e hizo una valoración adicional sobre el terreno el 11 de octubre.
A partir de las recomendaciones y conclusiones de la evaluación rápida, que se basó tanto en datos recogidos sobre el terreno como procedentes de la teledetección, la FAO delimitó las aldeas más afectadas en relación con los medios de vida, la agricultura y la ganadería. Al ofrecer mapas detallados de las zonas más afectadas, la evaluación de las repercusiones del Centro DIEM es muy valiosa para las operaciones de socorro.
En cuanto a los daños causados a la agricultura, la evaluación determinó que 577 278 hectáreas de tierras agrícolas habían estado expuestas a las intensidades sísmicas más fuertes, y que el mayor problema para el sector era la destrucción de canales de riego, por su vital importancia para los cultivos, en especial durante la temporada de siembra. Además, murieron 2 072 animales, y los 12 400 que sobrevivieron probablemente se encontraban en un estado debilitado.
A partir de esa valoración, la FAO suministró 12 000 litros de agua para proteger a 2 500 cabezas de ganado en riesgo que carecían de fuentes de agua y ayudó a transportar el ganado a pastos más seguros. Se eliminaron 1 454 cadáveres de animales y se distribuyeron 268,5 toneladas de piensos concentrados y 1 364,5 toneladas de paja de trigo a miles de hogares necesitados.
La ayuda de la FAO permitió a las familias cuidar de sus animales y dedicar sus limitados recursos a otras necesidades surgidas tras el terremoto.
Pasado y futuro
El Centro DIEM fue desarrollado por la FAO y está financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y la Oficina de Relaciones Exteriores, Commonwealth y Desarrollo del Reino Unido.
En la actualidad, el sistema de información del Centro DIEM abarca más de 30 países y se considera una herramienta esencial para los responsables de la toma de decisiones que necesitan analizar las causas del estrés agudo en los medios de vida cuando se producen desastres como el terremoto del Afganistán.
En 2024, el Centro DIEM ya ha realizado cinco evaluaciones de los efectos rápidas, en situaciones como los incendios de Colombia y el ciclón tropical de Madagascar. Estas evaluaciones sirven para guiar la movilización de recursos y la respuesta de recuperación, como fue el caso en el Afganistán.
Cuatro años después de su creación, basándose en el principio de que los datos son conocimiento y el conocimiento es poder, el Centro DIEM sigue evidenciando la repercusión de las crisis en los medios de vida agrícolas y la seguridad alimentaria.
La historia y las fotos relacionadas se pueden encontrar en: https://www.fao.org/newsroom/