Amenazados y perseguidos: la vida de activistas iraníes en Alemania

Mina Khani, activista iraní afincada en Alemania. Foto: Monika Skolimowska/dpa

Por Ann-Marie Utz (dpa)

Berlín, 6 oct (dpa) – La activista iraní Mina Khani, afincada desde hace 20 años en Alemania, está acostumbrada a abrir con miedo los mensajes en su teléfono móvil “por las muchas amenazas de muerte recibidas en los últimos años”.

Al igual que la ganadora del Premio Nobel de la Paz de este año, la también iraní Narges Mohammadi, Khani también es conocida públicamente por hacer campaña en favor de los presos políticos en su país natal y concienciar a la sociedad sobre las ejecuciones que se llevan a cabo allí.

Desde el estallido de las duras protestas que se iniciaron tras la muerte de la joven kurda iraní Jina Mahsa Amini, hace un año, las activistas como Khani se encuentran en estado de alerta, ya que incluso en Alemania no se sienten seguras.

“Soy consciente de ello desde hace un año, de que el Estado iraní intenta silenciarme. Al principio nos reíamos de ello, pero ahora se ha convertido en una amenaza a tomar muy en serio”, explica la activista a dpa en una entrevista realizada en Berlín.

Khani vive en Alemania desde hace casi 20 años. La iraní es publicista y cree que su labor como activista molesta a los dirigentes políticos y clericales de Teherán. “En mi caso, se trata de múltiples intentos de ingeniería social”, cuenta.

“Lo utilizan para obtener información personal importante: dónde vives, a qué te dedicas, qué te motiva, con quién trabajas”, explica la activista, de 40 años.

Las autoridades alemanas son conscientes de la amenaza. “Actualmente, los servicios de inteligencia iraníes están interesados en analizar las manifestaciones de disidentes en Alemania e identificar a los respectivos participantes”, declaró el Ministerio Federal del Interior en respuesta a una consulta.

“Por el momento, sin embargo, no hay indicios concretos de peligro en perjuicio de la oposición iraní, pero hay que partir de un peligro abstracto y general”, añadió.

El politólogo Ali Fathollah-Nejad, también nacido en Irán y experto sobre su país natal, es partidario de una mayor protección por parte del Gobierno alemán. “La República Islámica ve un peligro en muchos: ya sean activistas, periodistas o -como en mi caso- académicos que critican las políticas del régimen o abogan por el cambio democrático”, comenta.

El Partido La Izquierda también denuncia la escasa protección que los iraníes amenazados reciben en Alemania. “El Gobierno federal remite a las regiones en sus competencias y estas no tienen respuestas adecuadas, lo que deja desprotegidos a los afectados”, explica la parlamentaria Clara Bunger.

“Se amenaza y ataca a la gente, se asaltan viviendas. Son cosas que están ocurriendo de verdad en Alemania”, detalla.

Mientras tanto, Khani cuenta que mantiene un contacto directo con la Oficina Federal de Protección de la Constitución, el servicio de inteligencia interior. También que la policía de Berlín ha ido a verla y le ha presentado posibles conceptos para proteger su departamento.

A pesar de las posibles amenazas, Khani no se rinde: “Esta lucha no solo se libra en la calle o en público, sino que también la libro conmigo misma. La fuerza me la da la gente revolucionaria que conozco, que veo, que sigue adelante aunque esté ardiendo por dentro y por fuera”.

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