Por Verena Schmitt-Roschmann (dpa)
Berlín, 18 feb (dpa) – Las elecciones parlamentarias anticipadas del próximo domingo en Alemania presentan una gran incertidumbre sobre la futura conformación del Gobierno, con la única certeza de que tendrá que constituirse mediante algún acuerdo de coalición.
El encuestador Manfred Güllner cree que nunca hubo tantas cuestiones abiertas. “No recuerdo que nunca haya estado tan incierto y reñido quién puede llegar a formar una coalición”, declaró a dpa el fundador del Instituto Forsa.
“Estas elecciones podrían ser la primera vez que no alcance para una constelación de dos partidos sin la AfD”, dijo Güllner en referencia al ultraderechista Alternativa para Alemania, al que los demás partidos excluyen como posible aliado en un futuro Gobierno de coalición.
Unos comicios diferentes
Estas elecciones al Bundestag (Parlamento) no solo son especiales por la fecha temprana, al ser anticipadas por la crisis del Gobierno presidido por el canciller Olaf Scholz y la consecuentemente corta campaña electoral de invierno. También es una situación política especial.
Desde el punto de vista de Güllner, comparativamente pocos votos podrían cambiar mucho en el futuro Bundestag esta vez. La alianza conservadora formada por la Unión Demócrata Cristiana y su socia bávara Unión Social Cristiana (CDU/CSU), con su candidato a canciller Friedrich Merz, se mantienen estables liderando las encuestas con alrededor del 30 %. Les siguen la AfD con entre el 20 y el 21 %, el Partido Socialdemócrata (SPD) con entre el 15 y el 17 %, y Los Verdes con entre el 12 y el 14 %.
Sin embargo, la situación es más inestable para tres partidos pequeños. El partido La Izquierda obtiene en los sondeos al menos entre el 6 y el 9 %, lo que le sitúa por encima del umbral del cinco por ciento requerido para ingresar al Bundestag. La populista Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) y el Partido Liberal (FDP) sólo alcanzan entre el 4% y el 5% cada uno.
Difícil formación de alianzas
Si tres partidos se quedaran sin superar el umbral del 5 %, casi el 15 % de los votos podrían no estar representados en el Bundestag en un caso extremo, explicó a dpa el politólogo Hans Vorländer. Pero a la vez advirtió: “Si hay muchos partidos en el Parlamento, será difícil formar gobierno y puede ser necesaria una constelación de tres partidos” para alcanzar una mayoría.
Esto es exactamente lo que también se plantea el encuestador Güllner. “No podemos calcular en detalle las muchas variantes diferentes antes de las elecciones, porque pequeños cambios esta vez tendrán un gran impacto en qué coaliciones son posibles”, dijo Güllner.
De momento, lo ve así: “Si de los tres partidos pequeños sólo entra La Izquierda, una alianza bipartidista o gran coalición de CDU/CSU y SPD sería suficiente (para formar gobierno) según el estado actual de las encuestas”. No alcanzaría en tanto para una coalición de los conservadores con Los Verdes, agregó.
La nueva ley electoral, que reduce el Bundestag de 736 a 630 miembros, también crea pequeñas incertidumbres. Güllner es al menos firme en un punto: “Un gobierno de SPD, La Izquierda y Los Verdes está descartado, aunque entren BSW y La Izquierda”.
Tres partidos que no quieren o no deben gobernar
La BSW también insiste en distanciarse al máximo de una coalición con la CDU/CSU, el SPD o Los Verdes. La Izquierda, por su parte, hace campaña con el lema: “Todos quieren gobernar, nosotros queremos el cambio”.
Con la AfD es a la inversa: los demás partidos no quieren formar coalición con el partido de extrema derecha.
“Esta situación política presiona a los partidos del centro democrático para que se pongan de acuerdo”, afirma el experto Vorländer. “Esto es una sana compulsión para los partidos, por así decirlo”. Sin embargo, a la vez también deben seguir distinguiéndose. “Difícilmente se puede salir de este dilema”, concluyó.
La incertidumbre geopolítica
La situación no sólo es especial en Alemania, sino también a nivel internacional. Por un lado, las crisis y guerras en Ucrania, Cercano Oriente y la política estadounidense hacen que parezca haber tantas cuestiones conflictivas en el aire que los votantes, comprensiblemente, pierden el hilo.
Por otro lado, los socios internacionales de la OTAN y la Unión Europea (UE) están muy pendientes del gobierno que consiga Alemania.
Y luego están los comentarios que inciden. “No hay lugar para cortafuegos”, dijo recientemente en Múnich el vicepresidente estadounidense J.D. Vance en referencia a la negativa de los demás partidos a aliarse con la ultraderechista AfD.
El asesor del Gobierno estadounidense Elon Musk fue aún más franco en su apoyo a la AfD. Y en Moscú, el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, también tuvo palabras amables para la AfD y la BSW: Hay “mucho sentido común” en sus declaraciones, dijo Lavrov a mediados de enero.