Ginebra/Belgrado, 25 ago (dpa) – El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) hizo hoy un llamamiento a los países europeos para que repartan de forma solidaria la carga derivada de la reciente crisis de refugiados en Europa.
Los países europeos y de la Unión Europea (UE) deben ayudar sobre todo a los Estados cuyas capacidades están ya agotadas, como Grecia, Macedonia y Serbia, señaló la portavoz de la organización, Melissa Fleming, en Ginebra.
“Está claro que esto no puede ser solucionado por ningún país en solitario y que debe haber una reacción de toda Europa”, señaló.
Mientras, miles de refugiados continuaban hoy su camino a través de Serbia en dirección a Hungría para acceder así a la UE, aunque según ACNUR la cifra se ha estabilizado.
En los últimos días más de 7.000 personas, en su mayoría sirios, alcanzaron Serbia a través de Macedonia. Esta mañana otros 1.500 fueron trasladados a un centro de acogida en Presevo, tras cruzar a pie la frontera desde Macedonia, informó la televisión estatal serbia RTS.
Y según ACNUR, por el momento no se vislumbra el final del fuerte movimiento de refugiados a través de la frontera entre Grecia y Macedonia en dirección al norte y centro de Europa.
La gente sigue llegando en grupos de 300 a 400 personas en tren y autobús de Macedonia a Serbia, para desde allí viajar a diversos países de la UE. En Serbia unos 10.000 refugiados necesitan ayuda humanitaria en estos momentos. Además, se espera la llegada diaria de unos 3.000 inmigrantes.
Sin embargo, pese al aumento del número de refugiados, el jefe de ACNUR en Serbia no ve ninguna crisis. “En este momento no hablaría de crisis (de refugiados)”, dijo Hans Friedrich Schodder en la noche del lunes a la emisora RTS. Sin embargo, consideró que no hay que descartar que la situación en los Balcanes se convierta en una crisis con “graves amenazas para la seguridad y la salud de los refugiados”.
La situación, dijo, depende de los acontecimientos en Irak, Siria, Turquía, Grecia, Macedonia y Serbia, así como en la frontera con Hungría y otros países de la UE.
Hungría registró un nuevo récord de refugiados que cruzan la frontera en un día, después de que la policía capturara hoy a 2.093 personas que habían cruzado desde Serbia.
Hungría está levantando una cerca en su frontera para evitar la llegada masiva de refugiados, muchos de los cuales evitan ser detenidos cruzando el límite por las vías del tren, según observó un reportero de dpa sobre el terreno.
Por otro lado, el ferry griego “Eleftherios Venizelos” llegó hoy al puerto del Pireo, cerca de Atenas, con más de 2.500 refugiados a bordo que habían partido esta mañana del puerto de Mytilini, la principal localidad de la isla de Lesbos.
El ferry viaja desde hace días entre las islas del este del Egeo -donde la situación es caótica- y el puerto del Pireo y hasta ahora ha desplazado a unos 10.000 inmigrantes, según calcula la prensa griega. Desde allí continúan su viaje a Macedonia para montar en un tren a Serbia y continuar hasta Europa occidental.
Entre tanto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) denunció en un informe el aumento del número de inmigrantes ahogados en el Mediterráneo, pese los mayores esfuerzos de rescate: desde comienzos de año hasta el martes murieron ahogados 2.373 refugiados en su intento de llegar a Europa por mar, 292 más que en el mismo periodo del año pasado.
La agencia europea de fronteras Frontex rescató el fin de semana pasado a 3.400 refugiados, la mayoría de origen africano, ante las costas de Libia, informó también hoy.
“No hagamos como si lo que la UE y sus Estados miembro están haciendo funcionara de verdad”, exigió François Crépeau, relator especial de la ONU para los derechos humanos de los migrantes.
“Levantar verjas, emplear gas lacrimógeno y otras formas de violencia contra los inmigrantes y refugiados, detenerlos y negarles un techo, alimento o agua e incluso amenazarlos, así como los discursos de odio en su contra no impedirá que vengan a Europa o al menos lo intenten”.
Crépeau pidió a los países miembros de la UE que inicien un programa de reubicación para refugiados de países en crisis como Siria o Eritrea, que ofrezca protección a dos millones de refugiados en los próximos cinco años.
Mientras tanto, Reino Unido continúa con su mano dura contra los inmigrantes: quienes trabajen sin tener permiso de residencia podrían ser condenados a penas de prisión de hasta seis meses, según un proyecto de ley presentado hoy.
“Si están aquí ilegalmente les impediremos trabajar, alquilar una vivienda, abrir una cuenta bancaria y conducir un automóvil”, dijo hoy el secretario de Estado para asuntos migratorios, James Brokenshire. Además amenazó con cerrar los negocios de los empresarios que den trabajo a inmigrantes ilegales.