San Salvador, 11 abr (VOA) – Luego de bajar la criminalidad en El Salvador a niveles históricos, el presidente Nayib Bukele quiere atraer a extranjeros que sean profesionales altamente cualificados y quieran vivir en el país para ayudar a mejorar la economía nacional.
“Sus contribuciones tendrán un enorme impacto en nuestra sociedad y el futuro de nuestro país”, dijo Bukele el 6 de abril en X, al anunciar que ofrecerían 5.000 pasaportes para extranjeros altamente calificados. También aseguró que facilitarían la reubicación de los profesionales, “garantizando un 0% de impuestos y aranceles sobre el traslado de familias y activos”.
Pero la propuesta no ha sido bien recibida por algunos académicos salvadoreños, que consideran que en lugar de atraer profesionales extranjeros, el gobierno debería atender entre otras cosas la crisis económica en la que se encuentra la Universidad de El Salvador, la única universidad pública del país centroamericano y a la que el mandatario prometió un futuro próspero en 2019 cuando buscaba la presidencia.
Para Napoleón Cornejo, ingeniero salvadoreño especializado en la industria aeroespacial y radicado en Holanda, el ofrecimiento del gobierno salvadoreño para atraer profesionales extranjeros es “contraproducente”, porque no hay una fuerza académica que absorba ese conocimiento, dijo a la Voz de América.
Cornejo es uno de los que resiente la crisis en la que se halla la universidad pública, a la que el gobierno le adeudaba hasta marzo 52 millones de dólares.
“Cuando uno atrae inversión o talento extranjero es para ponerlos en función del desarrollo nacional y absorber conocimiento”, dijo Cornejo. “También se busca condicionar su venida a colaborar con institutos o profesionales nacionales para que el conocimiento se vaya absorbiendo”, agregó.
La universidad pública de El Salvador opera con una política de ahorro que incluye la suspensión de proyectos de investigación y programas académicos como el de auxiliares de cátedra. Asimismo, se encuentran en peligro 1.200 becas para estudiantes de bajos ingresos, según dijeron autoridades universitarias a medios locales.
“El hecho de que la universidad de El Salvador no tenga el presupuesto completo está afectando, en primer lugar, la formación profesional”, así como “la producción de conocimiento nuevo” y “la necesaria proyección social”, dijo a la VOA Rafael Paz Narváez, director de la Escuela de Posgrados de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la universidad.
Para Narváez, un programa de innovación y desarrollo como el que busca impulsar el gobierno salvadoreño lleva años y necesita del apoyo de centros de estudio de ciencias políticas y sociales, como las universidades, entre ellas la universidad nacional.
“El Salvador tiene una cantidad de intelectuales ya formados a nivel nacional y a nivel internacional. Tenemos un buen staff de académicos y de científicos, pero lo que no tienen es oportunidad. Varios están emigrando a otros países”, dijo José Vicente Cuchillas, decano en la Universidad de El Salvador.
El departamento de prensa del gobierno de El Salvador no respondió a una solicitud de comentario de la Voz de América para este reporte.
Hasta el 8 de abril, el Ministerio de Educación dijo haber recibido 400 solicitudes de profesionales extranjeros que buscan obtener los pasaportes gratuitos ofrecidos por Bukele.
Programa para bitcoiners
El gobierno de Bukele ha lanzado también otro programa que busca hacer de El Salvador un paraíso para los bitcoiners.
El programa para bitcoiners, llamado “Adopting El Salvador”, pretende atraer a 1.000 inversionistas cada año, tras hacer del criptoactivo su moneda de curso de legal junto al dólar.
Para robustecer el programa, Bukele ha buscado desde hace dos años construir una “Ciudad Bitcoin” en La Unión, al oriente de El Salvador, una especie de metrópoli bitcoiner financiada con los “bonos volcán”, anunciados en 2021 por Bukele pero que hasta el momento no se han emitido.
Estos bonos tendrían como objetivo recaudar 1.000 millones de dólares respaldados por bitcoins.
De la ciudad que Bukele ha prometido —que según el anuncio tendría aeropuerto, comercios, áreas verdes y un monumento al criptoactivo en su plaza— aún no hay nada, pero el gobierno asegura que no ha abandonado la idea, y ha dicho que espera que para el primer semestre de 2024, los bonos ya se hayan emitido.
La economía, una deuda pendiente
La elevada deuda pública, superior al 80% del Producto Interno Bruto, y la falta de liquidez para pagarle a instituciones como la universidad de El Salvador, han hecho que el gobierno salvadoreño use el dinero de las pensiones de los trabajadores para honrar algunos de sus compromisos.
Con un salario mínimo en torno a los 365 dólares mensuales y una canasta básica superior a los 450 dólares, Bukele busca apoyarse en la inversión extranjera para mejorar las condiciones de vida de la población salvadoreña.
Según el Banco Central de Reserva de El Salvador, las proyecciones de crecimiento económico para 2024 pintan una leve mejora con un 3% al 3,5%, impulsado mayormente por la inversión privada y pública, a raíz de la mejora en turismo y la seguridad.