
San José, 1 mar (elmundo.cr) – El nuevo informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes constata que la región centroamericana continúa siendo una importante zona de tránsito de drogas ilícitas procedentes de los países productores, especialmente de América del Sur, como Colombia y Perú.
El 76% de la cocaína que se introdujo a Estados Unidos atravesó Centroamérica y México. El principal punto de reexpedición del tráfico fue la República Dominicana, con un total de más de 80 toneladas incautadas.
El tráfico de cocaína ha ocasionado en la región la pérdida de cientos de hectáreas de bosques en Guatemala, Honduras y Nicaragua debido a que los traficantes compran tierras con el fin de blanquear el dinero mediante la tala ilegal y la ganadería.
Luis Otárola Peñaranda, miembro de la Junta en el Perú declaró que “a través del tráfico de drogas se compran tierras con el fin de blanquear el dinero mediante la tala ilegal y la ganadería, también se abren pistas de aterrizaje y se perjudican importantes zonas de estos tres países que sufren los embates del tráfico ilícito de cocaína y la deforestación de su zona”.
Frente a ello, los gobiernos de la región han redoblado su esfuerzo para combatir el narcotráfico y la delincuencia transfronteriza. Por ejemplo, El Salvador, Guatemala y Honduras crearon la Fuerza de Tarea Trinacional para mejorar su cooperación en ese ámbito.
En cuanto al consumo, el informe asegura que se necesitan mejores datos para formular políticas y programas de reducción de la demanda de drogas ya que la región carece de estadísticas actualizadas.
“Se ha detectado que el cannabis es la droga que más se consume en la región y con unos índices de prevalencia de apropiadamente 2,1% de las personas de 15 a 64 años”, afirma Otárola.