OMERCON: Costa Rica atraviesa grave crisis económica a pesar de un PIB en aumento

San José, 11 mar (elmundo.cr) – A pesar de que la economía costarricense ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años, con un aumento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) real de 5,5%, el bienestar de sus ciudadanos sigue en deterioro.

En un inquietante informe, el Observatorio del Mercado y Derechos del Consumidor (OMERCON) resalta que este crecimiento ha sido acompañado de una preocupante concentración de ingresos, una marcada caída en el poder adquisitivo y un crecimiento empobrecedor en la inversión social e infraestructura.

La situación es alarmante: mientras la producción ha aumentado en un 23.7% en el mismo período, los salarios mínimos reales apenas han crecido un 0.6%. Esta discrepancia plantea serias preguntas sobre la equidad del crecimiento que beneficia a unos pocos en detrimento de la masa trabajadora, que enfrenta un aumento en el costo de la vida y una creciente deuda familiar.

El laberinto del consumo y la deuda familiar

El informe señala que el consumo de los hogares representa un 61% del PIB, mientras que el Gasto de Consumo Final del Gobierno General suma un 76%. Sin embargo, la caída en los ingresos de los trabajadores y la contracción del gasto gubernamental han dejado la actividad económica en una situación precaria. Este debilitamiento se ve reflejado en la creciente tasa de sobreendeudamiento de las familias, que cada vez dependen más de créditos y préstamos.

La recaudación tributaria, en particular del sector empresarial, se ha visto gravemente afectada. Las empresas aportan apenas un 19.6% del total de los ingresos impositivos, mientras que la carga tributaria efectiva sobre estos grandes contribuyentes está en cuestión. La evasión y elusión fiscal son problemas latentes que agravan la situación financiera del Estado costarricense.

Una dualidad económica desigual

El informe también destaca la existencia de dos economías disfuncionales: por un lado, las pequeñas y medianas empresas que operan sin exoneraciones fiscales y, por otro, un sector empresarial que se beneficia de regímenes tributarios especiales que les permiten pagar poco o nada. Esta dualidad no solo afecta los ingresos del Estado, sino que también contribuye a una mayor desigualdad en el acceso a oportunidades económicas.

Adicionalmente, el acceso al crédito sigue siendo un desafío; las tasas de interés se encuentran entre las más elevadas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que encarece el financiamiento y reduce aún más la capacidad adquisitiva de los consumidores.

La llamada a la acción

OMERCON ha solicitado formalmente al Fondo Monetario Internacional (FMI) que tome nota de estos problemas. El llamado incluye una evaluación urgente de la gestión tributaria del país y el cumplimiento de proyectos de digitalización que son cruciales para mejorar la eficiencia administrativa.

La Carta concluye instando a una mayor inclusión en las discusiones económicas, evidenciando que la solución a la crisis actual no radica únicamente en ajustes fiscales o medidas contables, sino en un cambio estructural que promueva un crecimiento más equitativo y sostenible para todos los costarricenses.

La situación actual de Costa Rica invita a la reflexión: es hora de que el crecimiento económico se traduzca en un bienestar real y tangible para toda la población y no solo para una élite privilegiada. La lucha contra la desigualdad y la búsqueda de un equilibrio económico serán esenciales para el futuro del país.

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