Comunidad indígena cabécar progresa con su primera cafetería liderada por mujeres

San José, 15 jun (elmundo.cr) – Todo comenzó como un sueño hace dos años cuando 20 mujeres indígenas de la comunidad cabécar Grano de Oro, en Turrialba, quienes se dedicaban a la agricultura de subsistencia y a la atención del hogar, decidieron transformar sus vidas con un negocio propio.

El grupo de mujeres puso en marcha en 2021 el proyecto Pulpería y Cafetería Alaklawä Täkiwa (Mujeres luchadoras) en la comunidad. Pero necesitaban más dinero para remodelar el lugar y dotarlo de las condiciones necesarias para atraer y atender a los turistas nacionales y extranjeros, la situación económica inicial del negocio no permitía que fuera sostenible a largo plazo y corría el riesgo de cerrar.

El principal reto para iniciar ese camino era conseguir el apoyo necesario. Fue así como el Banco Nacional se acercó a este grupo de emprendedoras para darles el impulso que necesitaban por medio de su programa “Transformando Comunidades” que se creó hace 17 años y que a la fecha ha inyectado más de ¢2.150 millones para financiar proyectos que cambiaron la vida a más de 520.000 personas en diferentes zonas del país.

“Gracias al apoyo que hemos recibido del Banco Nacional tenemos cosas con las que antes no contábamos, ahora hay más mujeres que quieren unirse, participar, que quieren integrarse y aprender de liderazgo. Con la ayuda de todos ustedes, tenemos más fuerza, valor y ganas de hacer las cosas diferentes”, mencionó una de las participantes del proyecto Pulpería y Cafetería Alaklawä Täkiwa.

Para que este proyecto sea una realidad, se produjo la alianza de muchos actores, como la Asociación de Desarrollo Integral, el Fondo Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) y el Fondo de Mujeres Indígenas (AYNI), en conjunto con el Banco Nacional.

Obras y acciones realizadas

El Banco Nacional, como una entidad humana, cercana y sostenible respaldó el proyecto y con los recursos brindados se renovó la infraestructura de la pulpería, se equipó la cafetería, se compraron equipo e implementos necesarios para ponerlos en marcha, además se realizó instalación de los servicios de agua y electricidad.

A su vez, se desarrollaron capacitaciones y talleres para fortalecer las habilidades, los conocimientos y las competencias de las mujeres a cargo del proyecto.

Se ofrecieron espacios de aprendizaje, convivencia y participación para aprender conceptos básicos en administración, mercadeo y contabilidad, sumado a capacitaciones en panadería, repostería y tecnología de alimentos.

Con este proyecto se benefician 20 familias indígenas agriculturas compuestas en su mayoría por madres, un promedio de 4 niños por hogar, adolescentes que no estudian ni tienen buenas fuentes de empleo y hombres que trabajan la tierra.

“En el Banco Nacional apoyamos a las comunidades para generar empleo y calidad de vida con proyectos que generen progreso económico, bienestar a las personas y cuiden el medio ambiente. Invertimos parte de nuestras utilidades en beneficio de economías locales. El desarrollo comunal cambia la vida de las personas, por eso incentivamos a las comunidades del país a generar proyectos productivos que las transformen y les ayuden a mejorar su calidad de vida”, indicó María Brenes Quesada, directora de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad del Banco Nacional.

Impacto de los Proyectos Productivos Comunales

Hace 17 años nació el programa “Transformando Comunidades” con el propósito de brindar capital no reembolsable para impulsar negocios productivos sostenibles por medio de las organizaciones comunales adscritas a la ley 3859 y las ASADAS.

En los últimos 7 años ha otorgado casi de ₡1 793 350 000 millones de colones para beneficiar alrededor de 520.000 personas, para un total de 125 proyectos y a los distintos sectores productivos del país.

A partir de estas organizaciones se construyen empresas comunales de y para la comunidad, con el fin de generar reactivación económica, nuevas fuentes de empleo y encadenamientos productivos.

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