San José, 31 may (elmundo.cr) – Mientras Costa Rica continúa sin ofrecer incentivos fiscales para el turismo rural, Colombia avanza con una propuesta legislativa que busca dinamizar las economías locales mediante la exoneración del impuesto al valor agregado (IVA) para los servicios turísticos en municipios de menos de 200.000 habitantes.
La Comisión Tercera de la Cámara de Representantes del Congreso colombiano aprobó esta semana, en primer debate, un proyecto de ley que establece una exención total del IVA por un período de tres años en los municipios más pequeños del país. Para el resto del territorio, el proyecto contempla una reducción del impuesto del 19% al 5%, aplicable también por tres años.
La iniciativa, liderada por la congresista Milene Jarava Díaz, del Partido de la U, apunta a fortalecer la competitividad de Colombia como destino internacional, reducir la dependencia económica del carbón y el petróleo, y canalizar recursos hacia regiones con alto potencial turístico pero con poca infraestructura y escaso apoyo estatal.
“Con esta iniciativa podemos visibilizar a esos pequeños municipios de gran potencial turístico”, señaló Jarava, mencionando ejemplos como las playas de Coveñas y Tolú, o destinos naturales en regiones como Amazonas y Orinoquía.
Contraste con Costa Rica
En Costa Rica, un país que ha apostado desde hace décadas por el turismo sostenible y rural como una de sus principales vitrinas ante el mundo, no existe actualmente ningún beneficio fiscal específico para emprendimientos turísticos ubicados en zonas rurales o comunidades pequeñas.
Aunque la oferta turística costarricense fuera del Valle Central y los grandes polos turísticos genera empleo, distribuye riqueza y promueve la conservación de los ecosistemas, las micro y pequeñas empresas turísticas rurales enfrentan altas cargas impositivas sin diferenciarse de los grandes desarrollos hoteleros. Además, se enfrentan a desafíos similares a los de sus pares colombianos: falta de infraestructura vial, dificultades de acceso a financiamiento y una débil articulación con las políticas económicas nacionales.
¿Una oportunidad para revisar la política fiscal en Costa Rica?
La medida colombiana pone sobre la mesa una discusión que Costa Rica ha postergado durante años: cómo incentivar de forma efectiva el turismo en territorios que están fuera del radar de las grandes inversiones. Para actores del sector rural turístico en el país, una reforma fiscal que reconozca la naturaleza distinta de su operación podría marcar la diferencia entre sobrevivir o desaparecer.
El debate queda abierto para las autoridades costarricenses, justo cuando América Latina empieza a trazar nuevas estrategias para un turismo más descentralizado, justo y resiliente.