San José, 09 de set (elmundo.cr) – Motivada por su conocimiento en farmacia y su deseo de ayudar al bienestar de las demás personas, Margarita Garrón creó Kuluk, una marca de bálsamos labiales a base de aceite de coco y cera de abeja.
El emprendimiento nació como una necesidad propia. En su profesión siempre se dedicó al área industrial y está acostumbrada a elaborar productos, sin embargo sentía que era hora de aventurarse en otra área de su carrera.
Como su objetivo principal es hacer sentir bien a las personas, sin necesidad de que estas tengan un padecimiento, pensó en la cosmética como un mercado especial para desarrollar su idea de negocio.
“En farmacia estamos acostumbrados más al tema de crear productos para aliviar dolores o aplacar enfermedades, pero yo quería hacer algo distinto; quería formular algo que haga sentir bien a quienes lo prueben”, explicó Garrón.
Esa precisamente es la esencia de Kuluk, productos hechos con pasión elaborados con materias primas naturales producidas por otros empresarios de regiones rurales.
Un empleo y un emprendimiento
Margarita Garrón también tiene un empleo de tiempo completo en una empresa de distribución de medicamentos, un trabajo cuyo horario le permite mantener su emprendimiento.
“Tuve que hacer una transición en la parte profesional, cambié a un trabajo con un horario más establecido para poder tener tiempo libre que puedo utilizar para crear los productos”, indicó la emprendedora.
Por Kuluk también ha tenido que renunciar a ciertos pasatiempos, ha dejado de visitar tan seguidamente a su familia fuera de San José y de tener encuentros sociales con sus amigos.
“Lo que hago es invitar a mi familia y amigos a mi casa para poder trabajar mientras estoy con ellos. Realmente me apasiona mucho mi proyecto y no lo veo como un sacrificio, es motivante ver cómo crece y eso me da mucha más fuerza para seguir adelante”, expresó Garrón.
Para ella la persistencia en un negocio de este tipo es vital, así como la motivación y la seguridad en la idea.
“Hay que tener un plan de trabajo, especialmente por la inversión tan grande que hay que hacer en un emprendimiento; poco a poco hay que ir dedicando más tiempo hasta que llegue el momento en que podemos entregarnos por completo a nuestro proyecto”, comentó la farmacéutica.
Garrón considera que para las personas que no tienen experiencia o no conocen de todos los trámites que hay que hacer para empezar una empresa, es un proceso difícil de llevar.
“El papeleo es algo complicado y largo; uno puede cometer errores por desconocimiento de todo lo que hay que hacer. Deberían implementar más campañas de información para pequeños empresarios, en cuanto a ese tema de trámites”, manifestó Garrón.
Aprendizaje y crecimiento constante
Los productos Kuluk se pueden encontrar en tiendas de diseño como Distrito Carmen en Barrio Amón, Mestizo en San Pedro, El Mercadito Central en Escazú, El Taller Secreto en Tamarindo y en Santería en Santa Teresa.
Sin embargo, para llegar a comercializar sus creaciones, Garrón tuvo que atravesar un proceso de mucho aprendizaje, ya que aunque conocía cada detalle que necesita para la elaboración de los productos, no tenía conocimiento en comercio.
“Yo realmente estoy muy familiarizada con crear productos, pero tuve que aprender mucho del proceso de comercialización, desde los trámites municipales y toda la parte de documentación, hasta cuestiones de mercadeo y redes”, contó la empresaria.
Además añadió: “Al comenzar siempre se tienen miedos y afrontar todos esos miedos que uno tal vez la verdad no entiende, es difícil, pero conforme pasa el tiempo nos vamos adecuando a todo lo que hay que hacer”.
Para lograr conseguir la consistencia y la apariencia que Garrón quería para Kuluk, su emprendimiento pasó por una fase de experimentación, en la que afinó pequeños detalles que asegura hoy marcan la diferencia.
“Lo que me ha costado del proyecto es la imagen y el empaque, por suerte encontré una diseñadora muy buena, pero antes tenía el producto y todo listo y no tenía el diseño y eso me atrasó mucho”, señaló Garrón.
A paso firme
De acuerdo con la emprendedora, la diferencia en los bálsamos Kuluk, es que no contienen vaselina y no deja sensación de grasa o manteca, además tienen factor de protección solar 30.
Actualmente hay cuatro distintos: menta, vainilla, cítricos y manzana-canela, en dos presentaciones diferentes: en envase circular o en barras.
Adicionalmente, Garrón creó dos productos más que aún están en investigación. Uno de ellos es para encerar las tablas de surf y otro es para uso de las mascotas, especial para las patas, almohadillas, nariz y codos resecos.
Dentro de los planes a corto plazo que esta emprendedora tiene para Kuluk, se contempla la búsqueda de nuevos puntos de venta, más grandes y en más zonas, así como la creación de nuevos productos, como cremas.
“Mi objetivo ahorita es que más personas puedan tener acceso fácil a los productos Kuluk y lo más conveniente es buscar otros puntos de venta e incluso cadenas de supermercados o farmacias grandes”, enfatizó Garrón.
Margarita Garrón nunca ha pensado en dejar su proyecto de emprendedurismo, de lo contrario, cada vez se motiva más por medio de los buenos resultados que obtienen los usuarios de Kuluk.