Wálter Centeno, una de las figuras más emblemáticas en la historia del Deportivo Saprissa, reflexionó sobre su paso como técnico del equipo morado y admitió que, en retrospectiva, fue un error asumir el cargo en aquel momento de su carrera. Aunque logró un título nacional y dejó un legado de estilo de juego, el “Paté” considera que su llegada al banquillo saprissista ocurrió antes de estar completamente preparado. Lo dijo en Futv.
#AFondoCon Wálter Centeno: “Fue una mala decisión mía haberme ido de Grecia para Saprissa”.
🎙Gabriel Vargas pic.twitter.com/4kUn55SkcN
— FUTV (@FUTVCR) November 17, 2024
Un trabajo acumulado que quedó incompleto
Centeno explicó que su trabajo previo en el Municipal Grecia fue fundamental para desarrollar su filosofía como entrenador, algo que lo llevó a destacar rápidamente en el fútbol nacional. “En Grecia hicimos cosas increíbles; tomamos un equipo que no era nadie y en un año lo subimos a Primera División. Ganar la Segunda es muy complicado, pero lo logramos”, recordó.
Sin embargo, al aceptar el reto de dirigir al Saprissa, sintió que dejó incompleto el proceso que había comenzado con Grecia. “Todavía me faltaba tiempo en Grecia, tenía trabajo acumulado y no pude completarlo. Llegar a Saprissa significó empezar de cero, cambiar la forma de jugar, implementar mi estilo… Me dieron seis meses para formar el equipo y luego llegaron los resultados”, explicó.
Los desafíos en el banquillo morado
Aunque logró el título en su segundo torneo como técnico saprissista, Centeno admite que su proceso fue complicado y enfrentó retos significativos para implementar su filosofía. “No hay verdad absoluta en el fútbol. Saprissa necesitaba tiempo para adaptarse a mi estilo, salir jugando, manejar la pelota… Fue un proceso de formación que tuvo momentos difíciles, pero también dejó frutos”, destacó.
Pese a las críticas, el “Paté” siempre se ha sentido agradecido con la afición morada, reconociendo el cariño y el valor que le otorgan, no solo como técnico, sino también como jugador. “Tengo muchísimos recuerdos buenos en Saprissa. Ahí crecí, me formé, y gracias a Dios hice un nombre a raíz del club”, señaló con emoción.
Un vínculo que trasciende los títulos
Para Centeno, el Saprissa es más que un club, es una institución que deja huella en todos los que forman parte de su historia. “La afición es lo más importante, nosotros los entrenadores y jugadores somos pasajeros. Siempre voy a valorar el aprecio de los morados, aunque no lo repita tanto. Saprissa es parte fundamental de mi vida”, concluyó.