San José, 7 de enero 2021. (elmundo.cr).- Mundo Deportes conversó por casi 30 minutos con el presidente de Liga Deportiva Alajuelense, Fernando Ocampo, sobre su paso como la máxima cabeza del equipo manudo. Son cuatro años y un mes desde que se sentó en la silla principal de la sala de sesiones de Junta Directiva del estadio Alejandro Morera Soto, acá les compartimos una parte de la conversación donde incluso reconoce que él y otros miembros de la dirigencia tuvieron que sacar dinero de su patrimonio para solventar los gastos frecuentes porque los números no calzaban.
– ¿Cómo llega Fernando Ocampo a la presidencia de Alajuelense?
— Esto se da en una conversación entre mi esposa y una amiga, yo salgo del gobierno después de 18 años de función pública y me comprometo con ella de que voy a salir del gobierno, donde tuve participaciones muy activas en medio de muchos viajes, negociaciones comerciales y donde siento que había descuidado un poco a la familia en un momento donde mis hijos estaban creciendo.
Le dije a mi esposa un día que me gustaría ayudar en La Liga, nunca pensando en asumir un puesto de presidente. Ella en una conversación muy formal le comenta a una amiga, ésta a su vez le comenta a un grupo de socios donde estaba don Rolando Cordero y Federico Calderón. Un día recibo una llamada de Rolando Cordero planteándome la posibilidad de presentar mi nombre a la asamblea de socios.
Me informan que estaban buscando la manera de presentar una papeleta de consenso, donde se dejen de lado algunos inconvenientes o rencillas del pasado y sobre esa base acepto presentar mi nombre. Eso sí, bajo una papeleta de consenso que en ese momento le caía muy bien a La Liga.
– Usted acaba de mencionar una palabra que lleva a esta pregunta y es consenso, Alajuelense es política en su máxima expresión. En La Liga hubo sectores que entendieron muy tarde que los Socios están presentes en todo ámbito, desde los adinerados y pudientes, hasta los que van a la barra a cantar y a saltar, ¿cómo lograr ese consenso?
— No es fácil, y en la Liga reina el espíritu democrático y eso es lo que ha hecho grande a esta institución por 100 años y es lo que nos hace sentirnos orgullosos porque cada dos años se tiene la oportunidad de elegir presidente. Ciertamente hay distintos grupos, personas desde los 18 años y hasta los que hoy tienen muchos años de ser socios. Lo más importante era tratar de lograr trabajar en consenso. Lo que yo buscaba era que la representación de diversos sectores del liguismo lograramos trabajar como equipo y tomando consensos, acuerdos en los que algunos quizás no estarían de acuerdo, a mí me ha tocado “perder” en algunas posiciones y no me da pena decirlo, pero sí la mayoría respalda, no queda más que apoyar. Nos ha tocado vivir momentos duros.
– Momentos duros… otra frase a la que quería llegar. En el 2017 a usted no le alcanzaba el dinero para pagar la planilla administrativa en algunos meses.
— Sí. Hubo momentos muy duros. Cuando entramos había un presupuesto y tal vez cometimos el error de planificar bajo lo que estaba en el papel del presupuesto y lo cierto del caso que los ingresos en el papel nunca llegaron. Eso nos golpeó en un inicio, nos costó muchísimo, entendimos que para buscar una estabilidad había que tomar decisiones y empezar a trabajar en una estabilidad financiera.
Eso muchas veces la afición no lo entiende y no tiene por qué entenderlo, ellos lo que quieren son resultados. Pero si usted no tiene cacao no se puede hacer chocolate.
Entonces, en algún momento los fichajes de La Liga eran de $2 mil porque para eso era que alcanzaba.
Hubo un proceso para atender contingencias sociales, para atender deudas y ahí empezamos a trabajar. Hubo que contraer el gasto de manera muy importante para aguantar el chaparrón y lograr el éxito deportivo.
Hoy estamos al día en las operaciones.
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– En esos momentos duros a usted y a otros miembros de junta directiva le tocó sacar dinero para pagar planillas en Alajuelense…
— Creo que muchos miembros de Junta Directiva en momentos pusimos plata a la institución para tratar de cumplir con el tema, hemos tratado de hacer un esfuerzo por devolver esos dineros, pero es parte de lo que toca, hicimos incluso ideas bastante creativas; como los boletos del mundial que daba la Federación, invitamos a los socios a que pusieran un monto de dinero en préstamo y entre los que lo hicieran se rifaban los tiquetes, eso nos permitió terminar el año y cuando entró la plata del mundial devolvimos esas platas, hemos tratado de ser creativos, lo más transparentes posibles, pero hoy en día, gracias a Dios esas épocas ya están pasadas y yo espero que la Liga no vuelva a pasar por eso.
– ¿Alcanzaba a fichar jugadores que podrían ganar $2 mil porque todo el dinero se invirtió en Benito Floro? Digo, algunos pensarán eso.
— El error que cometimos con Benito fue haber desechado la idea original, él venía como gerente deportivo, si usted ve el proyecto de la liga siempre ha sido lo mismo, traer una persona muy fuerte (que ahora la tenemos en Agustín), que viniera a desarrollar el proyecto del CAR, -que estaba iniciando en ese momento- y que lanzara el proceso de liga menor. En el camino donde empezó a complicarse la cosa, tratamos de juntar ambas funciones (gerente deportivo y técnico) y creo que fue un error que lo pagamos, yo no creo que un gerente pueda ser a su vez entrenador, me parece que ahí se cometió un error pero tuvimos en ese momento que empezar ajustes y decir “hay que recortar, recortar y recortar”, creo que aprendimos la lección y volvimos a la idea original, a la base, vino Agustín que empezó en liga menor, después asumió la gerencia y ha hecho un proceso que creo que es natural.
– Cuando no le empiezan a cuadrar los números, en algún momento se preguntó, ¿dónde me metí?
— Me gustan los retos. Y tengo una frase que le digo a mis hijos y a mis alumnos: enfóquese en la solución y no en los problemas. No creo en gastar tiempo en darle vuelta al problema. Empezamos a trabajar todos en la junta directiva, esto fue un trabajo de equipo. En algunas decisiones he sido minoría y en otras mayoría. Eso no me da pena decirlo.
– Con eso interpreto que no hay un régimen presidencialista en la junta directiva de Alajuelense…
— No, no lo hay. Ni creo que sea lo recomendable para el club. Eso pudo haber funcionado en el pasado, pero hoy eso sería una pulpería. Porque tener pesos y contrapesos en una junta directiva como la de La Liga es uno de los elementos esenciales para la sostenibilidad financiera.
Le pongo un ejemplo, cuando usted es presidente lleva una presión muy grande porque la gente solo quiere ganar. Se lo hacen ver en Twitter, lo llaman a la casa, lo paran en el supermercado. Entonces, puede ser muy fácil dejarse llevar por la presión porque es muy fácil contratar y contratar porque hay que ganar. Y si usted no tiene un contrapeso en la junta directiva que en ocasiones le ponga un freno y le recuerde que hay un presupuesto que respetar, es muy fácil dejarse llevar por esa presión y luego ver cómo pagamos porque yo necesito ganar. El peso de una institución tan grande como lo es La Liga no puede estar bajo los hombros de una sola persona.
– Desde mí punto de vista, Kelme fue un salvavidas para Alajuelense, ¿concuerda conmigo?
— La llegada de Kelme es una estrategia comercial fundamental, una decisión difícil, pero la Liga empezó a manejar su propia marca y entonces las ganancias de las ventas de uniforme dieron un cambio radical, pasaron de la empresa que producía los uniformes a la Liga Deportiva Alajuelense y esa ha sido una de las decisiones comerciales más importantes en la recuperación económica de la Liga.
Vender directamente ha sido fundamental, de hecho la Liga tenía todo un plan para lanzar o ampliar las ventas en mayoreo, es un plan que sostuvimos por el tema de la pandemia pero la idea es retomarlo en los primeros meses de este año, porque continuamente estamos buscando nuevas fuentes de generar ingresos y creo que eso ha sido uno de los argumentos fundamentales en ir disminuyendo la importancia de las taquillas en el presupuesto de La Liga.
La junta directiva tomó una decisión clave hace unos años y es, ‘hay que reducir la dependencia de las taquillas’, porque nos dimos cuenta de que en un campeonato muy bueno se disparaban las taquillas, el próximo se presupuestada con base en esos montos y al final si no tenías un campeonato bueno esa plata no llegaba, entonces hoy las taquillas son alrededor del 20% de la institución pero eso nos ayudó muchísimo en época de pandemia, porque ya nosotros habíamos hecho el traslado a otras fuentes de ingresos de el sustento y la base de ese presupuesto, cuando llegó la pandemia, teníamos muy claro que íbamos a dejar de recibir ese 20% de taquillas y con eso hay que empezar reduciendo el 20% de los gastos de la institución, las matemáticas no son difíciles.