La noche del 1.º de noviembre en Tegucigalpa quedó grabada como una de las más insólitas en la historia reciente de la Liga Deportiva Alajuelense. En el Estadio José de la Paz Herrera, mejor conocido como el Chelato Uclés, los manudos sellaron su boleto a la final de la Copa Centroamericana de la Concacaf en una tanda de penales tan caótica como memorable.
El gran protagonista fue Washington Ortega, quien ahora reveló detalles clave de aquella definición en el programa El Picadito, de Radio Monumental.
El estudio previo y la lectura decisiva
Ortega explicó que nada fue improvisado. Detrás de cada decisión hubo análisis y trabajo previo junto al cuerpo técnico.
“Los habíamos estudiado mucho con Diego (Cejas), sabíamos sus características a la hora de lanzar”, comentó el arquero uruguayo.
El momento más recordado fue el penal de Jorge Benguché, quien intentó definir con potencia al centro del arco. Ortega no se lanzó. Se quedó firme.
“Yo vi que él dio un giro diferente al momento de venir a patear. Hizo algo distinto a lo que normalmente hacía. Ahí dije: va a meter el empeine, el remate viene de lleno. Entonces decidí quedarme parado”, relató.
El balón impactó en sus puños y el estadio quedó en silencio.
¡Revive la tanda de penales del partido entre Olimpia y Alajuelense! 📹 pic.twitter.com/OReM9zDMrB
— Concacaf Champions Cup (@TheChampions) October 31, 2025
El penal que se repitió… y la seguridad total
Ortega también recordó que ya había enfrentado antes a Benguché desde el manchón blanco.
“Ya le había tapado uno. Estaba tan seguro de que lo iba a cruzar que cometí el error de adelantarme. Sabía que la iba a cruzar y me adelanté”, reconoció.
La repetición del penal no cambió el desenlace. La lectura volvió a ser correcta.
El “secreto” del banquillo
Pero la confesión más llamativa llegó cuando habló del papel de los arqueros suplentes Johnny Álvarez y Byron Mora, quienes tenían una misión especial desde el banquillo.
“Johnny y Byron tenían una misión. Si Byron saltaba, el balón iba hacia un lado; si saltaba Johnny, iba hacia el otro”, explicó Ortega entre risas.
“Me daba gracia verlos desde el arco, parecían loquitos, viste”, añadió.
Ese lenguaje corporal, sumado a la lectura del pateador, terminó siendo parte del desconcierto que afectó a los jugadores del Olimpia.
Una tanda para la historia
La definición fue tan inusual como contundente. Olimpia erró tres penales, dos de ellos repetidos por adelantamiento del arquero, mientras que Alajuelense convirtió sus tres lanzamientos, para un marcador final de 3-0 en penales.
El técnico de Olimpia, Eduardo Espinel, lo resumió sin rodeos:
“Fallamos en los penales”.
Más adelante profundizó:
“Creo que es un tema emocional, más que técnico. He estado en definiciones por campeonatos, clasificaciones, he ganado y perdido, pero errar cinco penales como nos pasó, incluso con repeticiones, es algo muy llamativo”.
Una noche que pesó en Centroamérica
El golpe desde el punto penal fue fatal para los clubes hondureños. Un día antes, Real España, dirigido por Jeaustin Campos, también había fallado cuatro de cinco penales ante Xelajú en la otra semifinal.
En total, entre Olimpia y Real España, se erraron nueve de diez penales en definiciones consecutivas de la Copa Centroamericana.
Alajuelense, mientras tanto, celebró en casa ajena. Y Washington Ortega, con estudio, intuición y un “secreto” compartido desde el banquillo, se ganó un lugar en la memoria manuda.
