San José, 19 de mayo 2021, (elmundo.cr)- El clásico fue una locura. Una completa locura en la que el arbitraje jugó su peor partido, la crónica de una muerte anunciada con el anuncio de Henry Bejarano como árbitro central.
El partido tuvo de todo, emociones por doquier. Incertidumbre y zozobra en momentos en los que no se supo si era gol, si era penal. Si era gol o no porque el portero Aaron Cruz tocó el balón o uno en uno de los penales.
Hubo de todo…
Expulsiones innecesarias. Leonel Moreira tomó el balón en un centro y golpeó a Mariano Torres cuando tenía el esférico totalmente controlado en el corazón del área. Un codazo innecesario, una roja merecida y un penal sancionado.
Cristhian Bolaños marcó el primero desde los once pasos al 23’.
Mauricio Vargas ingresó en lugar de Moreira y fue determinante para su equipo. De manera astuta decidió iniciar el juego en una falta que se pitó en medio del campo y Wálter Cortés se gana la segunda amarilla de manera inocente y recibió la roja al 38’.
Cerca del final de la primera parte llegó la primera función de Bejarano. De manera acertada pita un penal sobre Fernán Faerron, pero a la misma vez pita un gol del mexicano Daniel Arreola. Al final se retrae, y sanciona el penal. Disparo que detuvo Aaron Cruz, otra vez, a Bryan Ruiz al 45’.
La segunda parte de la función llegó al 46’. Faerron recibe una falta en el área, penal y Daniel Arreola marcó tras estrellar el balón en el poste, tomar el rebote y enviarla al fondo de las redes.
Esta acción recibió el aval de Bejarano, luego se retractó y luego volvió a marcar gol. Una locura completa, una imagen de pena.
Alajuelense siguió en busca del marcador. Alonso Martínez puso el 2-1 del juego al 68’ y, hasta ahí, puso a la Liga en la final.
Sin embargo, David Guzmán puso el 2-2 de un riflazo que no pudo detener Mauricio Vargas, prácticamente a quemarropa.
En la función de Henry Bejarano, Saprissa logró sacar el resultado en el Morera Soto. Es el primer equipo sembrado en la final tras un torneo irregular, tormentoso.
Pero le da la alegría a su afición en el momento más importante, en el camino donde verdaderamente vale la pena ganar. Hoy Saprissa está a las puertas de la 36.