La eliminación del Deportivo Saprissa en el clásico ante Alajuelense ha desatado críticas, análisis y autocrítica. Pero mientras algunos señalan una supuesta actitud conservadora de Paulo César Wanchope, la realidad sobre el terreno de juego muestra otra verdad: Saprissa no carburó porque Alajuelense lo neutralizó por completo.
El planteamiento de Óscar “Macho” Ramírez fue quirúrgico. Anuló las conexiones interiores del Monstruo, lo obligó a jugar incómodo, lo presionó desde el primer minuto y lo maniató en cada rincón del Morera Soto. El resultado fue un equipo morado que no logró nunca encontrar su ritmo, ni siquiera en los tramos donde normalmente se hace fuerte.
🔴 Un clásico sin reacción morada
Tras la derrota 1-0 y la eliminación, Wanchope ofreció disculpas a la afición morada:
“Me disculpo con la afición, yo creo que teníamos toda una expectativa muy alta de llegar a esa gran final y darle la 41, pero bueno, no se va a poder este torneo.”
Lejos de evadir responsabilidades, el técnico reconoció lo evidente: Alajuelense fue superior en todo.
“Yo creo que quisieron más, en las pelotas divididas se vio muy claro desde que inició el partido y desgraciadamente uno no puede dar ese tipo de ventaja en una etapa final.”
También admitió que el equipo falló en aspectos mentales y técnicos:
“No fuimos efectivos con la pelota, el volumen de ataque no fue bueno. Hubo mucha imprecisión de jugadores que por lo general son muy precisos… todo empieza a partir de esa disposición para presionar y de luchar cada balón.”
⚫ Más que errores, un rival que no lo dejó jugar
En lugar de apuntar exclusivamente a lo que dejó de hacer Saprissa, es justo reconocer lo que hizo Alajuelense: bloqueó las bandas, presionó alto, limitó la salida de los centrales morados y le quitó espacios a Mariano Torres y a sus conectores. Chope no fue mezquino, simplemente se topó con un equipo que no lo dejó ser.
El Macho planteó un partido físico, intenso, de duelos ganados y paciencia ofensiva. Y esa fue la clave.
🟣 Evaluación interna en Saprissa
Wanchope también confirmó que, más allá del resultado, el equipo necesita cambios:
“Había que hacer una evaluación importante y se va a hacer. No solo de mi parte, estoy seguro que también toda la Gerencia, la Junta Directiva y el Gerente Deportivo.”
Saprissa no fue Saprissa en el Morera. No por falta de intención. Sino porque Alajuelense lo desarmó desde lo táctico, lo físico y lo emocional.