REPORTAJE
Por Alberto Bravo (dpa)
Madrid, 2 nov (dpa) – El futbolista argentino Ángel Di María jugará mañana su primer partido en el estadio Santiago Bernabéu desde que abandonó el Real Madrid y la incógnita es ver cómo recibirá la hinchada blanca al nuevo jugador del Paris Saint-Germain.
¿Rechazo o reconocimiento? Ésta será una cuestión que comenzará a resolverse unos diez minutos antes de que empiece el partido del Real Madrid ante el Paris Saint-Germain por la Liga de Campeones europea. El plebiscito comenzará cuando se anuncien las alineaciones a través de la megafonía del Santiago Bernabéu. Y luego continuará cuando la pelota caiga en sus pies.
“Fueron años muy lindos. Recibí, en mi último partido, una ovación muy linda del público del Bernabéu que nunca imaginé recibir. Es un recuerdo bonito que guardo. Pero ahora vuelvo con otra camiseta, defendiendo otros colores e intentaré hacer lo máximo para conseguir los tres puntos”, explicó la pasada semana Di María en una entrevista con “Bein Sports”
Di María pisó por última vez el Bernabéu el 17 de mayo de 2014 en un intrascendente partido ante el Espanyol. El estadio blanco le ovacionó, como a todos sus compañeros, porque quedaban unos días para la final de la Liga de Campeones ante el Atlético y porque, sobre todo, todavía no se sabía si el argentino seguiría.
Por entonces, todo eran rumores. Y estos sólo se disiparon tras ganar la Liga de Campeones, el 24 de mayo, cuando comenzó a tomar cuerpo la idea de un Real Madrid sin Di María, precisamente elegido como mejor jugador de la final de Lisboa.
Según informó la prensa española, Di María calificó como “una falta de respeto” la oferta del Real Madrid de seis millones de euros (6,6 millones de dólares) por ampliar su contrato. El argentino quería más “reconocimiento” y pidió irse. Su destino fue la gris ciudad inglesa de Manchester y un equipo que esa temporada no se clasificó para jugar la Liga de Campeones.
Di María se marchó del Real Madrid sin una despedida oficial. Lo único parecido fue una carta que publicó en el diario “Marca”.
“Lamentablemente hoy me toca irme, pero quiero dejar claro que ese nunca fue mi deseo. Como cualquier persona que trabaja, siempre he querido progresar. Después de ganar la ‘Décima’ me fui al Mundial con la esperanza de recibir un gesto de la directiva, algo que nunca llegó”, justificó. Y no hubo más.
El Real Madrid lamentó la marcha de un jugador fundamental en la conquista de la décima Copa de Europa, pero celebró una venta de 75 millones de euros (82,6 millones de dólares), la más jugosa en la historia del club blanco.
Di María fracasó en el United. No se adaptó ni al equipo ni a la lluvia de Manchester. Y decidió cambiar de club por segundo año consecutivo. Y, de nuevo, por una gran cantidad de dinero: 63 millones de euros (69,3 millones de dólares) de traspaso.
Ahora el argentino intenta recuperar en París el vuelo perdido, aunque sus comienzos están siendo difíciles.
“Siempre hay críticas, pero a veces la gente critica sólo por hacerlo y porque les gusta eso. Las críticas hacen daño, sobre todo cuando uno acaba de llegar a un club y acaba de hacer dos o tres partidos buenos”, confesó a “Bein Sports” con cierto dolor.
Mañana regresa al estadio Santiago Bernabéu, el lugar donde más fuertes ovaciones recibió en su carrera, por más que su relación con la hinchada blanca estuviera llena de altibajos.
Y ahora queda por ver qué recuerdo dejó Di María, si el de un futbolista vital en las viejas conquistas blancas o el de un jugador que salió por la puerta de atrás.
