Por Stefan Tabeling y Arne Richter (dpa)
Doha, 24 feb (dpa) – La propuesta del grupo de trabajo de la FIFA de disputar el Mundial de Qatar 2022 en noviembre y diciembre representa una victoria para el Comité Olímpico Internacional (COI) y un dolor de cabeza para el fútbol europeo, que deberá reorganizar por completo su calendario.
La decisión, que deberá ser ratificada por el comité ejecutivo de la FIFA el 19 y el 20 de marzo, implica un gran alivio para el COI, que no verá cumplido su temor de que el Mundial se superponga con los Juegos Olímpicos de invierno, a disputarse en Almaty o Pekín.
Para los clubes y las Ligas europeas, en cambio, implicará una profunda alteración de sus calendarios, aunque al mismo tiempo abre la puerta a jugosas compensaciones económicas.
Tampoco para la UEFA, un organismo que mantiene un fuerte enfrentamiento con la FIFA de Joseph Blatter, la decisión de jugar el Mundial en noviembre y diciembre resulta del todo cómoda, ya que afectará el desarrollo de su certamen estrella y principal fuente de ingresos: la Liga de Campeones. Durante esas fechas, se suele definir la fase de grupos del torneo más prestigioso de clubes.
Sin embargo, la entidad presidida por el Michel Platini habría dado su visto bueno a la medida impulsada hoy por el grupo de trabajo, tal como aseguró la FIFA y denunció la Liga inglesa.
“Es decepcionante. Es una decisión incorrecta. Hemos sido abandonados por la UEFA”, señaló a la BBC el jefe de la Premier League, Richard Scudamore.
Platini fue quien impulsó, en su momento, la disputa del controvertido Mundial de Qatar en enero y febrero, pero el fuerte rechazo del COI y las alteraciones que habría provocado, de todas formas, en el calendario de algunas Ligas europeas terminaron inclinando la decisión hacia noviembre/diciembre, una fecha que parece ser la menos problemática.
De haberse disputado a comienzos de 2022, el Mundial habría supuesto un golpe letal a todo el deporte invernal, aunque eso no implicará que salga ileso del nuevo esquema.
El presidente de la Federación Internacional de Esquí (FIS), Gian Franco Kasper, destacó las nuevas fechas previstas, aunque advirtió que implicará también una superposición con la Copa del Mundo de esquí alpino y otros deportes invernales, que suelen comenzar a fin de año.
“Estamos contentos con la propuesta de la FIFA de que el Mundial se juegue a finales de 2022, porque no coincidirá con los Juegos”, dijo Kasper en Falun, Suecia, donde se están disputando los Mundiales de esquí nórdico.
“Pero es muy pronto para ver los efectos que esta propuesta tendrá en las Copas del mundo de la FIS en noviembre y diciembre, porque las fechas exactas aún no están fijadas”.
Para las federaciones deportivas de verano, en cambio, el traslado de las fechas del Mundial les brinda una inusual oportunidad. Hasta ahora, deportes como el ciclismo debían acostumbrarse a perder protagonismo cada cuatro años, pero ahora el Tour de France podrá gozar de una completa atención en 2022.
Los grandes perdedores con las nuevas fechas son, sin duda, las ligas y los clubes europeos. De acuerdo al reglamento, los jugadores deben estar a disposición unas tres semanas y media antes del Mundial, por lo que la última fecha de las Ligas debería disputarse el 29 y 30 de octubre.
A ello hay que añadir que, tras la cita mundialista, los jugadores necesitan cierto descanso, por lo que recién a mediados de enero podría volver a rodar el balón.
“La propuesta perturba y causa un gran daño al normal desarrollo de las competiciones domésticas en Europa”, denunció la Asociación de Ligas Europeas de Fútbol (EPFL), entidad que agrupa a 31 torneos europeos. “Imagínense lo que ocurriría en Francia, Alemania, España o Italia. Habría que interrumpir las Ligas a principios de noviembre después de 13 o 14 jornadas”, dijo el presidente de la EPFL, Frédéric Thiriez.
El presidente de la Asociación de Clubes Europeos (ECA), Karl-Heinz Rummenigge, pidió una compensación a los equipos. “No se puede esperar que los clubes y las Ligas paguen ellos solos el precio de cambiar el Mundial al invierno (boreal). Esperamos su disposición para compensar los perjuicios”, dijo el titular de una entidad que reúne a 213 clubes europeos.
Para Blatter, el presidente de la FIFA, la decisión resulta una victoria pírrica. Si bien logró imponer su voluntad de jugar el Mundial en noviembre/diciembre, todo el proceso generó un fuerte deterioro de su imagen y en la del ente rector.
Para Qatar, por último, la nueva fecha no resulta un gran inconveniente. Si bien el anfitrión aseguró que de jugar en junio/julio se podrían climatizar los estadios, también afirmó que no tendría problema en organizar la cita “en cualquier momento del año”.