Alajuela. El fútbol sudamericano dibuja otro bochorno, ahora con su máximo partido de selecciones.
Algunos olvidan que el fútbol no está por encima de las leyes. Y sucede lo que pasó esta tarde en uno de los grandes clásicos mundiales.
El partido entre Brasil y Argentina se suspendió, ya confirmado de forma definitiva por la propia federación celeste, a los seis minutos del primer tiempo porque autoridades sanitarias del gobierno brasileño ingresaron al campo de juego para pedir que no continúen jugando Emiliano Martínez, Cristian Romero y Giovani Lo Celso, tres de los cuatro compañeros de Lionel Messi que actúan en la Premier League. Así Argentina no aceptaba seguir. Y con toda razón se fue al vestuario.
Tite aparecía desesperado a un costado, muy enojado. No aceptaba la situación. Pero nada era demasiado claro. Una autoridad de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria había ingresado al campo y desataba un escándalo.
Unas dos horas antes del partido ya Anvisa le había pedido a la policía brasileña que les impidan toda actividad en el país a Dibu Martínez, Cuti Romero, Lo Celso y también a Emiliano Buendia. Al final, la AFA amenazó con no presentarse y la Conmebol actuó rápido. Así, los cuatro se subieron al micro y fueron al estadio, decididos a jugar.
Anvisa no actuó rápido en el Arena Corinthians de San Pablo. No hizo nada cuando estaban en vestuarios. Esperó que el partido arrancara. Como si quisiera que el universo futbolero se enterara. Podrían haber actuado cuando Argentina arribó a Brasil, inclusive en el mismo hotel. Pero no.
El comunicado inicial de Anvisa que hizo ruido antes del partido citaba “la información de que cuatro jugadores argentinos ingresaron a Brasil incumpliendo las normas sanitarias del país al declarar supuestamente información falsa en un formulario oficial”.
Lo que argumentaba Anvisa era que Dibu Martínez, Cuti Romero, Lo Celso y Buendia mintieron al declarar “no haber pasado por ninguno de los cuatro países con restricciones en los últimos 14 días”. Ese póker de naciones incluye a Reino Unido, Sudáfrica, Irlanda del Norte e India.
Argentina salió de ese mal momento en el hotel, pero todo empeoró en el estadio. Y terminó en el bochorno menos pensado. Con Lionel Messi recibiendo explicaciones en el campo, con Neymar y Casemiro escuchando a su lado.