Mike Tyson volvió al ring y, como es costumbre, no pasó desapercibido. Durante su pelea contra Jake Paul, un gesto peculiar del excampeón llamó la atención: Tyson mordió su guante en varias ocasiones, generando comparaciones inmediatas con el infame episodio en el que arrancó un trozo de oreja a Evander Holyfield en 1997.
Aunque algunos consideraron la acción una simple manía, otros sugieren que podría tener un significado más profundo. Tyson, entre risas, admitió: “Tengo una fijación con morder”. El gesto, lejos de ser agresivo, pareció una especie de recordatorio personal de su pasado, un detalle que incluso fue observado por Holyfield, quien estuvo presente en el recinto y visitó al exmonarca en el vestuario junto con Lennox Lewis. Este encuentro dejó claro que no hay rencores entre las leyendas del boxeo.
El regreso de una leyenda
Con 58 años y casi dos décadas fuera de los cuadriláteros, Tyson regresó para un combate oficial contra el youtuber y boxeador Jake Paul. Aunque el resultado fue una derrota por decisión unánime, Tyson mostró momentos de su legendario estilo, aunque los años marcaron una diferencia clara en el ring.
Jake Paul, de 27 años, optó por no noquear al excampeón, respetando su legado y permitiéndole terminar la pelea de pie. Sin embargo, para muchos, el espectáculo dejó sensaciones mixtas, al considerar que el nivel competitivo quedó relegado frente al show mediático.
El mordisco que marcó su carrera
El gesto de Tyson no pasó desapercibido, recordando uno de los momentos más polémicos de su carrera: la pelea contra Evander Holyfield en 1997, cuando mordió su oreja en un acto que escandalizó al mundo del deporte. En esta ocasión, morder su propio guante pareció ser una especie de guiño a su historia, un detalle que humanizó a la leyenda en medio de su regreso al ring.