Liga Deportiva Alajuelense sigue ajustando su plantilla de cara a la nueva temporada, y una de las decisiones más llamativas ha sido la salida del defensor canadiense Manjrekar James a préstamo al Santos. Aunque su desvinculación abrió una plaza de extranjero que será ocupada por el colombiano Jeison Lucumí, la decisión responde a un análisis más profundo del técnico Alexandre Guimarães sobre la conformación de su línea defensiva.
Desde su llegada, Guimaraes ha apostado por una reestructuración del equipo, enfocándose en fortalecer zonas clave con jugadores que se adapten a su idea de juego. En el caso de la defensa, el estratega considera que el plantel ya cuenta con suficiente solidez gracias a la incorporación de Aaron Salazar y al buen desempeño de Santiago Van der Putten.
La llegada de Salazar, sumada a la consolidación de Van der Putten, le permitió a Guimaraes tomar la decisión de liberar a James y destinar su cupo de extranjero a reforzar la ofensiva, una de las áreas donde la afición había solicitado mejoras. Este movimiento también se alinea con la estrategia del club de buscar mayor equilibrio en la plantilla y potenciar su capacidad de ataque.
Si bien James era un jugador con experiencia internacional, su salida se dio dentro de un plan estratégico en el que Guimaraes confía plenamente. La apuesta ahora es clara: fortalecer la delantera con Lucumí y darle continuidad a un bloque defensivo que ha mostrado seguridad y buen rendimiento en los últimos partidos.
Con estos cambios, Alajuelense sigue perfilando su equipo con la intención de competir al máximo nivel y pelear por los títulos en juego.