Por Ignacio Encabo (dpa)
París, 30 may (dpa) – Subir el nivel, escalar un peldaño y llegar a las rondas decisivas intimidando: el español Rafael Nadal afronta la segunda semana del Abierto de Francia sabiendo que necesita un punto extra en su tenis para tener posibilidades de alzarse con su décimo título.
“Cuando llegan los partidos que tengo ahora, como el del lunes, pues hay que dar un salto de nivel, de calidad. Si lo das, tienes opciones. Si no lo das, las opciones serán para el siguiente torneo. Así de claras son las cosas”, expuso el español después de ganar el sábado al ruso Andrey Kuznetsov.
Era su tercer triunfo sin perder un solo set. En los tres encuentros fue muy superior que el rival, pero en el último erró más de lo que acostumbra con el saque. Y nada de eso le puede ocurrir si quiere defender el título en París.
Nadal se enfrentará mañana al estadounidense Jack Sock, número 37 del mundo con 22 años, el último obstáculo antes de la esperada eliminatoria de cuartos. Si el serbio Novak Djokovic cumple con el guión y bate al francés Richard Gasquet, será el rival del español en la ronda de los ocho mejores.
“Las cosas en la primera semana han ido muy bien. He ganado tres partidos sin perder un set, más o menos con contundencia”, analizó Nadal sus primeros siete días sobre la arcilla donde sólo perdió una vez en toda su carrera.
“He hecho las bases adecuadas para poder dar ese salto de nivel. Igualmente, creo que el nivel está siendo bueno”.
Nadal vivió los últimos 12 meses llenos de altibajos: desde Roland Garros 2014 sólo ganó un título, sufrió varios percances físicos, cayó al séptimo lugar del ranking y, lo más importante, perdió partidos que nunca antes perdía. Inconsistencia y dudas que no deberían aparecer en la semana decisiva del segundo grande del año.
“Este año le ha faltado la consistencia de hacer cuatro o cinco partidos iguales”, explicó su tío y entrenador, Toni Nadal. “Lo que hay que hacer es competir bien. El nivel de juego está ahí, lo que necesitamos es el nivel de resultados”.
Nadal siempre va de menos a más en Roland Garros y, según él, mejoró mucho el nivel en los últimos dos torneos que jugó. Las semifinales de Madrid ante el checo Tomas Berdych y los octavos de Roma ante John Isner los cataloga el español como sus mejores partidos de 2015.
Sin embargo, después del brillo llegó la sombra. En la capital española jugó de forma desastrosa ante Andy Murray y en el Foro Itálico perdió ante el suizo Stanislas Wawrinka después de desaprovechar un 6-2 en el tie break del primer set. Ni Murray ni Wawrinka habían vencido antes a Nadal sobre arcilla.
“Estas últimas semanas he dado pasos adelante y creo que estoy en el camino. Se va confirmando que cada vez voy mejor”, dijo Nadal el sábado por la tarde en la capital francesa.
Mañana tendrá la última prueba para ajustar su tenis antes del potencial choque con Djokovic, la gran amenaza para el español, un jugador que llegó a París con la moral disparada y como número uno indiscutido.
Sock, tenista de saque potente y que imprime poco ritmo a los partidos, es la última valla antes del Everest.
“Está jugando fantásticamente”, dijo Nadal sobre su rival de mañana, al que nunca se midió. “Está ganando partidos difíciles ante buenos jugadores como (Grigor) Dimitrov, Pablo Carreño o (Borna) Coric. Tiene una derecha asombrosa, un muy buen servicio y puede jugar agresivo”.
