San José, may 18 (elmundo.cr) En un estadio colmado de aficionados rojinegros, con toda la fe puesta en su equipo y también, con un par de lamentables hechos de violencia, en las graderías del Morera Soto, se disputó la Final de la Segunda Fase, entre Alajuelense y Saprissa.
Los dirigidos por Andrés Carevic salieron con todo al ataque desde los primeros minutos ante un Saprissa tímido en cancha, que buscó un juego pausado y controlar el balón, todo el tiempo que fuese posible.
Al 19 minuto, Kevin Chamorro detuvo de muy buena forma y con algo de suerte, un balón que terminó rebotando entre su cuerpo y el poste derecho.
El Saprissa supo responder ante dicho ataque,
y en 26 minutos Orlando Sinclair remató de cabeza un balón que por poco termina en el marco rival, que de no ser por el guardameta Leonel Moreira.
La polémica se hizo presente al minuto 35, tras una falta que recibe Mariano Torres por parte de Alex López y que al momento de caer al suelo, el argentino dejó sus piernas en alto, lastimando a su rival; tras esta situación, el árbitro decidió amonestar a Torres.
Solamente cuatro minutos después, al minuto 39, el árbitro Adrián Chinchilla tuvo, nuevamente, que tomar una decisión. Esto tras una supuesta agresión por parte de David Guzmán sobre Aarón Suárez tocándole la cara, lo cual fue aprovechado por el volante manudo, quien se lanzó al suelo y el juez decidió expulsar al ‘8’ morado.
Tras el descanso, los técnicos tenían tareas totalmente distintas, Carevic el buscar la forma de aprovechar la ventaja numérica, mientras que Quesada, debía reorganizar al equipo, y buscar un equilibrio en la cancha.
Tras realizar cuatro variantes en menos de 10 minutos, el Saprissa pasó de ser un equipo tímido a un conjunto temeroso. Y Alajuelense supo castigar eso, ya que en la siguiente jugada a la última ronda de cambios visitantes, los rojinegros atacaron por derecha, y tras colocar un centro al ras de césped, Pablo Arboine terminó introduciendo el balón en su propio marco para el 1-0 en el marcador.
La motivación manuda, lejos de apagarse, aumentó y en 60 minutos, un remate potente y bien colocado por parte de Alex López, se convirtió en la segunda anotación de los locales (2-0).
La intensidad de los rojinegros no bajaría y los erizos continuarían buscando, una y otra vez, otro gol que les diera la tranquilidad que se necesita para este tipo de series.
En 83 minutos, y tras un gran pase de Celso Borges, el joven Carlos Mora puso a brincar a todo el estadio, marcando el 3-0, que daría no solo alegría, sino que también mucha calma en el bando de Alajuelense.
Con esta victoria, los manudos llegarán con amplia ventaja al partido de regreso en San Juan de Tibás, donde los morados deben marcar 4 goles y no recibir ninguno, si quieren coronarse como campeones.
