La Selección Nacional de Costa Rica enfrentará este martes a Belice en el Estadio Nacional, a partir de las 7:06 p. m., en el juego de vuelta del repechaje hacia la Copa Oro. El panorama deportivo parece resuelto tras la goleada de 7-0 conseguida el viernes pasado, pero el ambiente está marcado por una profunda tristeza fuera del terreno de juego.
Horas antes del partido, la Federación Costarricense de Fútbol confirmó el fallecimiento de Walter Barrantes Peraza, conocido y querido por todos en la institución como Pipo, una figura entrañable que dedicó más de 40 años de su vida a la Fedefútbol.
Pipo no fue técnico, ni jugador, ni dirigente, pero fue testigo silencioso y amable de toda la historia moderna del fútbol nacional. Desde los años 80, cuando comenzó ayudando en la antigua sede de la Federación en La Sabana, hasta sus últimos días, siempre se mantuvo cerca del equipo patrio, con una sonrisa, una bendición o una anécdota.
Una vida entera al servicio de la Tricolor
Pipo llegó a la Federación en tiempos del expresidente Isaac “Chaco” Sasso (q. d. D. g.) como cuidador de carros y mensajero, y terminó formando parte del corazón mismo de la institución. Era imposible no conocerlo: todos los futbolistas, periodistas, dirigentes y trabajadores de la Fedefútbol lo saludaban con afecto.
“Pipo estuvo ligado a la Federación desde muy joven. Años después, y por la confianza y honestidad que lo caracterizaba, entró a formar parte de la planilla de la FCRF”, recordó la Federación en un sentido homenaje.
Wálter Barrantes Peraza, más conocido como ‘Pipo’
El comunicado también señaló que Barrantes, ya jubilado, seguía apareciendo con regularidad por la recepción de la Fedefútbol. “Muchos le decíamos que fuera a su casa a descansar, pero su respuesta era siempre la misma: ‘Mi casa está aquí también’”.
Aún la semana pasada, Pipo insistía en recuperarse para volver, pero su cuerpo ya no pudo más. Hoy, el luto recorre los pasillos de la Fedefútbol y acompaña a una Selección que, aunque debe salir al campo a cumplir con su deber, lo hará con el alma dolida por la pérdida de uno de los suyos.
El fútbol costarricense despide a un emblema silencioso
Walter Barrantes fue testigo de despedidas de técnicos, cambios de presidentes, clasificaciones, fracasos y alegrías de la Tricolor. Siempre estuvo ahí, firme, leal, humilde. Nunca buscó protagonismo, pero se ganó el cariño de todos.
“Pipo” conocía a todos, saludaba y siempre sonreía. Atento y servicial, nunca daba un ‘no’ como respuesta; la amabilidad lo caracterizaba”, escribió La Nación al recordar su legado.
El partido ante Belice ya no será solo un trámite rumbo a la Copa Oro. Será también un homenaje silencioso a la memoria de Pipo, quien desde la gradería celestial, sin duda, seguirá alentando a su querida Selección.