Jeffrey Solís, una de las figuras más controversiales del arbitraje costarricense en los últimos años, dejará su cargo como coordinador arbitral al finalizar el actual torneo.
Solís, quien acumuló cuestionamientos y sospechas sobre su gestión, no ha revelado mayores detalles sobre su salida. Sin embargo, la información apunta a que no se trató de una renuncia voluntaria, sino de una decisión tomada por la nueva administración de la Comisión de Arbitraje.
El chileno Enrique Osses, presidente de la Comisión, confirmó que Solís no seguirá en su puesto y dejó entrever que no era parte de su proyecto a futuro.
“Nosotros íbamos a generar una evaluación al final del torneo y no es el único cambio que viene en la Comisión de Árbitros. Eso fue algo que conversamos con Jeffrey y decidimos que él lo comunicara previo a la finalización del torneo”, explicó Osses.
La noticia marca un giro en la estructura arbitral, donde Osses buscará a un nuevo profesional costarricense que asuma la coordinación y que pueda fortalecerse en el cargo.
“Existen profesionales que tienen la actitud, el deseo de poder mejorar y, por lo tanto, vamos a intentar buscar un perfil que pueda sustituirlo y pueda ir ganando experiencia. La intención del directorio y del presidente de la Federación es potenciar al arbitraje costarricense con personas de Costa Rica”, añadió el presidente de la Comisión.
Aunque agradeció públicamente el tiempo de servicio de Solís, Osses recalcó que era parte del “desgaste natural” tras cinco años de trabajo en la Comisión de Árbitros.
El recuerdo de los “lobos”
Jeffrey Solís estuvo en el centro de la polémica hace año y medio, cuando Jafet Soto, presidente de Fuerza Herediana, denunció la existencia de un supuesto grupo denominado los “lobos”, compuesto por árbitros supuestamente influenciados por Solís.
“¿Qué es eso?, ¿un grupo?, ¿una argolla? ¿No es que el arbitraje es general, aunque sean asociaciones?”, cuestionó Jafet Soto en ese momento, generando un debate intenso sobre la transparencia en el nombramiento y desempeño arbitral.
El presunto grupo operaba dentro de una de las asociaciones de árbitros afiliadas a la Federación Costarricense de Fútbol y fue objeto de fuertes críticas por parte de dirigentes del fútbol nacional.
La salida de Solís cierra un capítulo cargado de polémicas y abre una nueva etapa en el arbitraje costarricense, en momentos en que la Comisión busca recuperar la credibilidad y fortalecer los procesos de selección y evaluación de los réferis.
