Kazán (Rusia), 8 ago (dpa) – Con tan sólo 18 años, Katie Ledecky nada en otra liga, en la suya propia, cuando se trata de competiciones de estilo libre. Y aunque nadie habla de cuáles pueden ser sus límites, la estadounidense mantiene los pies en la tierra.
“No sé si tiene alguna debilidad. Si la tiene, aún no la hemos visto”, señaló su compatriota Missy Franklin, que fue derrotada por Ledecky en los 200 metros estilo libre en los Mundiales de Kazán. “Katie es única”, continuó.
“Es espectacular”, añadió por su parte Ryan Lochte, uno de los mejores nadadores de la historia.
Única y espectacular es: nadie hasta Ledecky -ni hombre ni mujer- había logrado ganar las pruebas de 200, 400, 800 y 1.500 estilo libre en un mismo Mundial. Es un equivalente en el agua a que un atleta gané las pruebas de 400 metros y después la de 5.000. Básicamente, nadie cree que sea posible.
“Significa mucho, es genial el decir que has hecho algo que nadie había conseguido antes”, dijo hoy después de ganar el 800 con un tiempo jamás visto hasta el momento, 8:07,39 minutos.
Históricamente, los nadadores compiten en varias pruebas en un mismo campeonato. Alguno alcanzó grandes éxitos en diferentes estilos, pero casi siempre en las mismas distancias. Sólo Tim Shaw, en 1975, ganó las pruebas de 200 y 1.500 estilo libre en un mismo Mundial.
Fue en los 200 cuando más sufrió Ledecky en Kazán. Se lanzó al agua en semifinales apenas 30 minutos después de destrozar el récord de los 1.500 metros, con un tiempo 15 segundos superior a la medallista de plata.
Agotada, Ledecky se clasificó a la final del 200 con el séptimo mejor tiempo. Al día siguiente, ya descansada, superó a todas sus rivales, incluida a la favorita, la italiana Federica Pellegrini.
Antes ya había ganado el 400, por lo que sólo le quedaba por conseguir el oro del 800, la prueba que la convirtió en una estrella mundial en 2012, cuando se colgó la medalla dorada de los Juegos Olímpicos de Londres con tan sólo 15 años.
“La semana podía ser muy desgastante. Y lo fue, hubo días en lo que estuve realmente cansada”, dijo Ledecky. “Pero me recuperé bien, hice lo que tenía que hacer para ponerme bien cada vez que lo necesitaba”.
Hoy lo demostró en el 800, donde la medallista de plata, la neozelandesa Lauren Boyle, terminó a más de diez segundos de Ledecky a pesar de que estableció un nuevo récord de Oceanía.
“Sabía que iba líder, pero nunca sabes si alguien va a apretar al final, así que sólo quería seguir apretando y mantener la misma brazada, el mismo ritmo, el mismo tempo”, analizó su última carrera en Kazán la mejor nadadora del momento.
Ledecky ya cuenta con nueve medallas de oro en Mundiales, lo que se añade a la presea dorada que se colgó en el 800 de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Su próximo gran objetivo serán los Juegos de Río, pero en la Olimpiada no hay competición de 1.500 metros. Eso, sin embargo, le podría abrir la puerta de los 100.
“En los ‘trials’ para los Juegos participaré en los 200, 400 y 800. Quizás en los 100… Y tampoco sabes lo que los entrenadores van a querer para los relevos. Pero eso ya lo pensaré, ahora quiero disfrutar los próximos días”.
“No le presto mucha atención a las expectativas. Intentaré mantener la misma mentalidad que tengo desde 2012, la de no expectativas y no presión pase lo que pase”, añadió. “Creo que puedo mantener esa mentalidad, y sé que mis padres, mi familia y mis entrenadores me van a ayudar a ello”.
Tome la decisión que tome de cara a Río 2016 y a pesar de que sigue siendo una adolescente, Ledecky ya es una inspiración para el resto del equipo estadounidense.
“Escuchar esas cosas significa mucho para mí”, dijo. “Cada vez que toco la pared miro al equipo estadounidense en las gradas y trato de animar un poco a los chicos”.