El ambiente era eléctrico, el estadio colmado, la afición de Alajuelense entregada desde antes del pitazo inicial. Y el equipo, desde el minuto cuatro, respondió con determinación. Tomó el balón, lo hizo circular de lado a lado y fue metiendo en su campo a un Puntarenas FC que apostó por una línea de cinco en defensa y un bloque compacto sin intención alguna de proponer.
La Liga se adueñó del trámite. Con Celso Borges manejando los tiempos y Jeison Lucumí como principal válvula ofensiva, los rojinegros acechaban con paciencia, buscando el momento justo para golpear. Al 11’, Alejandro Bran tuvo la más clara hasta ese momento: quedó de frente al marco pero su remate fue desviado. La oportunidad se fue, pero el dominio continuaba.
Lucumí fue el más incisivo. Al 15’, una corrida suya generó una acción en la que Leonel Moreira lo derribó en el área. El Morera estalló pidiendo penal, pero el asistente ya había levantado la bandera: posición adelantada en la salida del colombiano. La falta no se sancionó.
Los minutos corrían y el equipo de Óscar Ramírez insistía. Tuvieron dos tiros libres peligrosos al borde del área en menos de 10 minutos, pero ambos chocaron contra la barrera. En el 23’, Jean Carlo Sánchez vio la amarilla por un manotazo a Bran, mientras la tensión aumentaba en cada disputa.
⏰ 45+7’ Revisión de un gol de Jeison Lucumí, y la decisión es posición adelantada.
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— FUTV (@FUTVCR) May 15, 2025
La más clara del Puerto llegó al 30’. Washington Ortega tuvo que achicar con todo el cuerpo en un mano a mano que salvó con el pecho. Fue la única incursión real de peligro de los visitantes en la primera parte.
La polémica volvió a escena en el cierre del primer tiempo. Al 42’, Alejandro Bran cayó tras una entrada fuerte dentro del área, pero el árbitro no sancionó nada. Apenas dos minutos después, Lucumí robó un balón en salida, aprovechó la incertidumbre tras la jugada anterior y, tras un disparo que pegó en el palo de Moreira, mandó el balón al fondo.
La celebración fue efusiva. El Morera rugía. Pero todo quedó congelado con la intervención del VAR. La jugada fue revisada durante más de cuatro minutos. Finalmente, el tanto fue anulado por fuera de juego. La fiesta, una vez más, fue apagada por la tecnología.
El entretiempo llegó con el marcador 0-0, pero con el ambiente en ebullición y una afición rojinegra que sentía que el fútbol —y el VAR— le debían algo.