Alajuela. Alajuelense decidió hacer un cambio de timón el pasado 7 de agosto cuando Cartaginés le ganó (2-3) en el Morera Soto pocos días después de perder la Súpercopa ante el Saprissa.
Dos momentos dolorosos que se sumaron a la inesperada pérdida en la semifinal del Clausura 2021 a manos de la S y que también se suma a una gran falta administrativa en la que Alajuelense debió viajar sin sus flamantes refuerzos hacia Atlanta, Estados Unidos, por problemas migratorios.
El nuevo capitán del barco fue Luis Marín. Un técnico que tiene su metodología de trabajo basada en los cimientos de un Jorge Luis Pinto Afanador y en Óscar Ramírez.
La manera de trabajo de ambos tiene una diferencia tan amplia como la “distancia que hay entre el cielo y la tierra”, según algunas personas consultadas por este medio que ya trabajaron con ambos técnicos.
Uno de los principales problemas con los que tuvo que enfrentar Yiyo son las constantes lesiones musculares que atacaron al plantel como una plaga. Jugadores como Bryan Ruiz, Johan Venegas, Alexander López, Yurgin Román, entre otros, fueron cayendo ante una exigencia de trabajo que cambió de manera repentina.
Los manudos evidenciaron sus falencias físicas en el clásico donde salieron goleados de La Cueva (4-1). Tras una semana y media de trabajo con el nuevo cuerpo técnico, las fichas rojinegras tuvieron gasolina para soportar el trajín del partido por al menos 45 minutos. Después las piernas pesaban como la desesperación de no caer humillado ante el archirrival.
Pasó lo mismo en su visita a Guanacasteca. Aunque lograron sacar el resultado, los de casa arrinconaron a los visitantes.
Luis Marín tiene en su metodología de trabajo prácticas que duran al menos una hora cuarenta y cinco minutos o dos horas si se incluye la sesión de video.
Con el argentino que Alajuelense logró su copa número 30, las prácticas tenían una duración de una hora diez minutos por mucho. Una hora y treinta minutos era exagerado.
Además, los trabajos con Carevic eran dinámicos, siempre con balón y muy enfocados en lo que su equipo debía hacer en el campo, la mayoría del tiempo se invertía en que todo el plantel tuviera claro lo que se debía hacer.
El costarricense realiza trabajos repetitivos en donde importa mucho lo que hará el equipo rival.
Ante la cantidad de lesiones, Luis Marín cedió en acoplarse a la metodología que tiene Alajuelense por “decreto” institucional. Agustín Lleida, director deportivo liguista, le solicitó al técnico el espacio necesario para que el preparador físico, Juan Carlos Herrera, fuera quien tomara las riendas de las cargas de trabajo y la duración de las prácticas.
Marín accedió.
Los manudos hasta esta semana van sacando adelante a los jugadores lesionados. Piezas a las que se le debe manejar las cargas de trabajo para evitar una recaída.
Guastatoya. Alajuelense firmó este martes ante el Guastatoya uno de sus capítulos más penosos de la historia en 102 años.
Los ticos ganaban el juego, y la serie, hasta el minuto 89’ del juego. Sin embargo, el punto de quiebre en el esquema se quebró a partir del minuto 60’. En ese momento en el que el capitán del barco saca del juego a Johan Venegas, Alex López y Bryan Ruiz.
Celso Borges, Gaby Torres y Bernald Alfaro tomaron sus lugares. Además, 10 minutos después Fernán Faerron dejó el partido para ceder su espacio a José Andrés Salvatierra y así jugar con cuatro en el fondo.
La lectura de juego no fue la mejor y los manudos terminaron cediendo un empate a dos goles que los dejó fuera de toda competición internacional por al menos un año.
Resultado que golpea la imagen del club y las finanzas, porque jugar y ganar Liga Concacaf siempre deja un rubro económico nada despreciable, todavía menos en tiempos de pandemia.
En el seno de Alajuelense las cosas no están del todo claras para la continuidad de Luis Marín.
A nivel dirigencial son conscientes que no todo es culpa del técnico, que los jugadores tienen un porcentaje de culpa que cargan sobre sus hombros tras un juego en el que por el momento se dejaron ver displicentes ante un rival que demostró tener ganas de trascender, de hacer la hazaña.
Sin embargo, la manera de trabajo de Luis Antonio Marín divide opiniones y su continuidad está más que en veremos.
¿Alajuelense dejará pasar por alto uno de sus capítulos más tristes? No, pero una de las grandes incógnitas es ver quién toma el barco.