Los Dodgers de Los Ángeles se coronaron campeones de la Serie Mundial tras un emocionante 7-6 contra los Yankees de Nueva York en el Yankee Stadium, remontando una desventaja de cinco carreras en un juego lleno de intensidad. Esta victoria les otorgó su octavo título en la historia y el primero desde 2020, al imponerse con un global de 4-1.
El juego final fue un verdadero espectáculo de adrenalina. Los Yankees se adelantaron rápidamente 5-0, pero los Dodgers respondieron en la quinta entrada con una remontada electrizante. El marcador se empató gracias a una serie de errores de los Yankees y una determinación implacable de los angelinos.
Una noche de héroes y emociones
La noche fue especial para Shohei Ohtani, la estrella japonesa que lideró a los Dodgers esta temporada y celebró su primer título en Grandes Ligas. Aunque una lesión en el hombro lo limitó en esta Serie Mundial, Ohtani había brillado durante la temporada, acumulando más de 50 jonrones y 50 bases robadas, logrando una hazaña histórica. Freddie Freeman, por su parte, fue nombrado MVP de la Serie Mundial, destacando con jonrones en cuatro de los cinco juegos, incluido un Grand Slam que resultó clave en los partidos iniciales.
El momento de tensión llegó en la octava entrada cuando los Dodgers lograron llenar las bases y, con sencillos de Kiké Hernández y Tommy Edman, tomaron la ventaja definitiva. Los Yankees, que habían acariciado la posibilidad de remontar el 3-0 en la serie, quedaron devastados en su regreso a la Serie Mundial tras 15 años de ausencia.
Un final digno de película en Nueva York
Los Yankees abrieron el partido con un jonrón de dos carreras de Aaron Judge, seguido por un cuadrangular de Jazz Chisholm Jr., que hizo vibrar el estadio. Parecía que los Yankees dominarían el juego, pero en la fatídica quinta entrada, una serie de errores abrió la puerta a la remontada de los Dodgers, que no desaprovecharon la oportunidad. Desde ese momento, los Yankees perdieron el control y los Dodgers demostraron que estaban listos para llevarse el título.
Con este triunfo, los Dodgers miran al futuro con optimismo y un equipo sólido, encabezado por Ohtani. La fiesta apenas comienza en Los Ángeles, mientras los Yankees deben regresar a la mesa de trabajo para planear su futuro.