Deportes de alta intensidad requieren prueba de esfuerzo

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Heredia, 21 nov (elmundo.cr) – El ejercicio diario contribuye a la capacidad funcional del corazón y a la prevención de las enfermedades cardiovasculares en personas sanas, sin embargo es recomendable realizarse un chequeo médico completo, acompañado de una prueba de esfuerzo, para quienes inician un programa de ejercicios o regularmente hacen deporte de alta intensidad, como las carreras de los domingos, maratones y triatlones, entre otros.

Felipe Araya, fisiólogo cardiovascular del Centro de Rehabilitación Cardiovascular de la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida de la Universidad Nacional (CIEMCAHVI-UNA), explicó que si una persona sana hace ejercicios de alta intensidad lo más recomendable es hacer una prueba de esfuerzo.

“No es lo mismo hacer un ejercicio de baja o moderada intensidad, en donde no existe tanta demanda de oxígeno, que ejercicios de alta intensidad, en donde si existiera un compromiso en las arterias coronarias se reflejaría en la prueba de esfuerzo”, agregó.

El examen médico es un historial de las enfermedades presentes y pasadas de la persona, indica si existen o no factores de riesgo coronario, también si un familiar en primer grado de consanguinidad tiene o ha tenido cualquier enfermedad cardiovascular.

Además se hace una auscultación detallada del corazón y exámenes bioquímicos para conocer el grado de colesterol, triglicéridos, glicemia y otros. También que se debería indicar si es una persona sedentaria o activa que realiza ejercicio cinco veces por semana durante 30 minutos con intensidad moderada. O por el contrario, si hace entrenamiento de alta intensidad recomendar la prueba de esfuerzo.

En el caso de los cardiópatas, Araya destacó que lo primero es determinar el tipo de cardiopatía presente y si requiere rehabilitación cardiaca. En caso de requerirla, la fase 1 debe realizarse en el hospital, luego pasaría a un programa ambulatorio fase 2 y tres meses después hacer una prueba de esfuerzo, si ésta sale negativa al paciente se le daría alta, lo cual no significa que dejará de ser cardiópata, más bien debe seguir bajo control médico, regular la intensidad del ejercicio y hacer pruebas de esfuerzo de forma periódica.

Dado que la enfermedad coronaria es progresiva, el especialista hace un llamado para que el cardiópata no caiga en un estado de confort una vez que se sienta bien y descuide su alimentación, actividad física y medicación, dado que la enfermedad coronaria puede volverse a manifestar. Por ello, es recomendable continuar con el control médico de acuerdo con el médico tratante.

Araya subrayó que en las competencias de alta intensidad deberían existir sistemas de emergencia a la mano, como los desfibriladores y personal entrenado para atender cualquier eventualidad sea un cardiópata o no. “La literatura señala que al minuto que la persona pierde la consciencia, a causa de un evento cardiovascular, la reanimación cardiaca debería ser inmediata”.

Agregó que quienes realizan actividad física a diario pueden reducir la incidencia de enfermedad coronaria en un 40%, disminuir la incidencia de diabetes e hipertensión en un 50%, de un accidente vascular cerebral en un 27%, así como reducir en un 60% el riesgo de padecer cáncer de mama o colon.

En el caso de personas con alguna enfermedad cardiovascular el ejercicio contribuye a prevenir la mortalidad cardiaca entre un 20 a 25%, mejorar la capacidad funcional del corazón entre un 11 y 36%, disminuir los triglicéridos alrededor de 5 y 38 mg/dL, aumentar el colesterol bueno (HDL), entre 2 – 8 mg/dL, disminuir la presión arterial entre 5 a 10 mm/Hg y mejorar la función endotelial de los vasos sanguíneos coronarios.

Araya agregó que el ejercicio deber ser constante, ya que si la rutina se suspende por alrededor de dos semanas los beneficios cardiovasculares se perderán de forma paulatina, es decir que la persona debe hacer del ejercicio un hábito.

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