La Selección Nacional de Costa Rica enfrenta este lunes, a las 8 p. m., uno de los partidos más cruciales de su reciente historia. Con un marcador adverso de 0-1 tras el partido de ida, los dirigidos por Claudio Vivas buscarán la hazaña en el estadio Rommel Fernández ante Panamá, en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Naciones de Concacaf.
Este duelo no solo decidirá un lugar en las semifinales y un boleto directo a la Copa Oro 2025, sino que podría ser determinante para el futuro del entrenador argentino al frente del combinado costarricense. Vivas, consciente de la presión y las expectativas, declaró: “Es una final en todo tipo de circunstancias. Hay que arriesgar, está en mi ADN”.
Un partido lleno de retos
La Tricolor no solo tiene en contra la ventaja parcial de los panameños, sino que arrastra una racha negativa de seis derrotas consecutivas frente a este rival. Además, Costa Rica no logra una victoria en suelo canalero desde 2015, cuando venció 2-1 con goles de Bryan Ruiz y Marco Ureña.
El estratega destacó la importancia de cortar esa mala racha: “Esta mala racha se tiene que cortar en algún momento. Nosotros tenemos el objetivo claro y siento que lo podemos lograr”.
Para avanzar, Costa Rica necesita ganar por dos goles de diferencia. Un triunfo 0-1 llevaría el partido al tiempo extra, y en caso de persistir el empate, se definiría en penales.
Bajas y ajustes tácticos
La ausencia de Juan Pablo Vargas por lesión representa un desafío para la defensa costarricense. Sin embargo, el técnico evalúa alternativas como Jeyland Mitchell, quien podría desempeñarse como lateral, o una línea de tres defensores.
“Pusimos a debutar a Yostin Salinas y no le pesó el partido. No tenemos problemas en armar una línea de tres si lo consideramos necesario. Lo que debemos mejorar es generar más ocasiones de gol”, afirmó Vivas.
Ambiente caliente en el Rommel Fernández
El recibimiento hostil de un grupo de aficionados panameños no afecta a Vivas, quien recordó experiencias similares en el pasado: “En realidad esto del recibimiento no pesa. He trabajado en otros lugares donde nos han tratado peor”.
Con más de 21,000 entradas vendidas, el Rommel Fernández será una fortaleza para Panamá, que busca consolidar su buen momento bajo el mando de Thomas Christiansen.