San José, 28 ago (elmundo.cr)- La estrella rusa de patinaje artístico Yulia Lipnitskaya se retiró a los 19 años luego de una batalla contra la anorexia.
15 años y 240 días. Fue el tiempo que le hizo falta a Yulia Lipnitskaya para convertirse en la ganadora más joven de patinaje artístico. Destronó a Tara Lipinski (ganadora con 15 años y 255 días en 1998). Sería en los Juegos Olímpicos de Sochi de 2014, subida a sus patines y haciendo del hielo un arte, consiguió su oro con la selección rusa. Se descubrió a la “niña prodigio”.
Hoy, con 19 años, su madre anuncia su retirada del patinaje sobre hielo. El problema, una enfermedad que le ha devastado durante toda su vida: la anorexia.
Lo anunció por redes sociales, su hija ha estado sometida a un tratamiento durante 3 meses, luchando por salir adelante. Necesita alejarse del patinaje. De un deporte que le ha dado tanto como le ha quitado. Necesita volver a renacer alejada de la exigencia.
No es un problema nuevo para ella. La joven rusa lleva enfrentándose desde los 4 años a una carrera que no le ha dejado crecer como cualquier niña. Tras su triunfo en Sochi, no pudo soportar tanta presión.
La fama y los cambios físicos fueron, para ella, insuperables. Se planteó dejarlo. Pasó uno de los momentos más duros de su carrera. No asistió al Campeonato de Europa de Estocolmo. No pudo defender su oro.
Quedó en novena posición en los nacionales y no se clasificó. Corría enero de 2015, y su brillante carrera estaba empezando a oscurecerse. “No tengo libertad y tengo que justificar todo. Vivo en continuo estrés. Esto no es vida” así se expresaba la campeona a finales de 2014 en unas declaraciones a la prensa.
“Quién podría pensar que esta frágil muchacha lucha contra el sobrepeso cada día”, afirmaba su primera entrenadora Eterí Tutberidze. Lo diría tras colgarse el oro olímpico. Además, aseguraba que en toda su carrera como entrenadora “no había visto nada así, no puede comer prácticamente nada.
Cuando necesita bajar de peso únicamente come celulosa en polvo, que le da energía. Pero ella lo lleva bien, gracias a Dios. Tiene un carácter muy fuerte”. La pubertad pasó factura a la joven, como a cualquier niña, pero ella tenía que luchar días tras día por mantenerse en el peso ideal para poder competir ” en igualdad de condiciones” con el resto de rivales. Una obsesión que, hoy, está padeciendo.
Sentía la presión; una presión por controlar las fases que experimentaba su cuerpo que no ha podido superar sin ayuda médica. Yulia Lipnitskaya, nacida en Ekaterimburgo, fue casi una cuestión de estado para Rusia, cuyo objetivo siempre ha sido reconstruir su carrera.
Ella revolucionó el patinaje femenino, es por eso que la Federación de Patinaje sobre Hielo de Rusia no la da por perdida. “Nos reuniremos con Yulia y (Alexéi) Urmanov (su entrenador) para hablar de sus planes para el futuro”, dijo hoy a la prensa el director general de la federación, Alexandr Kogan.
Lipnitskaya batalló para aceptar cualquier otro resultado que no fuera la victoria, al grado que en una ocasión abandonó la arena en lugar de quedarse para la ceremonia de premiación luego de terminar en segundo lugar en una competencia de Grand Prix.
En ocasiones parecía estar en camino a la recuperación con buenos resultados en Grand Prix, pero sus malas actuaciones en las competencias nacionales en Rusia la dejaron fuera de campeonatos importantes.
Su última temporada se vio mermada por lesiones, incluyendo una caída en una calle congelada que la obligó a perderse los nacionales.
El domingo, Evgeny Plushenko, entrenador de la campeona olímpica rusa en categoría individual, Adelina Sotnikova, anunció que ella no defenderá su título el año próximo debido a una lesión.
Lo cierto es que esta situación ha llevado a esta joven estrella a diluirse. La imposición ha podido más que su talento. Desde que tiene conciencia, ha luchado contra ella misma, contra su propia naturaleza, y sus triunfos se han visto opacados por un coste muy alto, aceptarse y derribar los estigmas.