«Bárbaros»: Italia se indigna por destrozos de «hooligans» holandeses

HooligansPor Alvise Armellini (dpa)

Roma, 20 feb (dpa) – Vinieron, vieron y arrollaron: los “hooligans” holandeses del Feyenoord viajaron esta semana a Roma para ver un partido de fútbol, pero el 1-1 quedó en un segundo plano ante los destrozos y el caos que provocaron en el corazón de la Ciudad Eterna, que amaneció hoy indignada ante la devastación causada por los hinchas.

“Son unos bárbaros, no puedo encontrar otras palabras”, criticó el primer ministro italiano, Matteo Renzi, en declaraciones a la RAI, y pidió “a todos los niveles del fútbol europeo” que luchen contra ese “comportamiento inadmisible”.

La capital italiana, escenario de un 1-1 entre Roma y Feyenoord por la ida de los dieciseisavos de final de la Liga Europa de fútbol, quiere pasar la factura de los daños al club holandés. Pero también muchos se preguntan cómo la Policía no pudo frenar la violencia de los ultras.

Según confirmaron hoy las autoridades, 28 “hooligans” holandeses fueron detenidos el jueves. Tras la celebración de juicios rápidos, 19 de los detenidos fueron sentenciados a penas de cárcel en suspenso y a multas de hasta 45.000 euros (51.200 dólares).

Durante los enfrentamientos del jueves, los ultras lanzaron bombas de humo en la famosa escalera de la Plaza de España, donde dañaron una histórica fuente barroca. En total, resultaron heridos cinco hinchas y 13 de los más de 1.300 agentes que fueron desplegados por las autoridades.

“Mi sugerencia es que los ejecutivos del Feyenoord deben abrir sus chequeras, llamar al alcalde de Roma y compensar (a la ciudad)”, dijo el propio alcalde de Roma, Ignazio Marino, en una entrevista publicada hoy por el diario “La Repubblica”.

Según Marino, el daño en la fuente dañada, la Fontana della Barcaccia, una pieza tallada en 1629 por Pietro Bernini y su hijo Gian Lorenzo, “no fue, por suerte, muy serio”. El monumento fue restaurado en septiembre de 2014.

Cerca de 5.000 hinchas del Feyenoord viajaron a la capital italiana para ver el partido. Según el diario “Corriere della Sera”, había 500 violentos que fueron subestimados por la Policía.

Ya en la noche del miércoles, en la víspera del encuentro, cientos de ultras borrachos provocaron disturbios en la plaza Campo di Fiori, asustando a los locales y lanzando en plena calle botellas de cerveza y sillas de los bares.

Apenas 24 horas después, llegaron a la Plaza de España, donde además de dañar una fuente barroca, causaron destrozos en coches y motos. Después la emprendieron con 15 de los 26 autobuses municipales que los trasladaron hacia el estadio.

El Feyenoord condenó hoy los hechos a través de su página web. El director general del club holandés, Eric Gudde, habló de “comportamiento totalmente censurable de un grupo de gente sin cerebro del que el Feyenoord se distancia”.

“El único comunicado de prensa que puede ofrecer el Feyenoord tiene seis letras: perdón”, pidió Renzi.

La UEFA decidió que no investigará lo sucedido por entender que no es de su competencia. Una postura diferente tomó la embajada de Holanda en Roma, que se puso a disposición de la capital italiana.

Mientras tanto, los actos vandálicos llegaron al Parlamento. Numerosos partidos, como el del comediante Beppe Grillo, pidieron la dimisión del ministro del Interior, Angelino Alfano.

El diario “Il Messaggero”, de la capital, comparó la actitud de los “hooligans” con la de lo vándalos que llegaron a Roma después de la caída del Imperio Romano.

“Pasaron 2000 años, pero siguen siendo bárbaros. Tenían un complejo de inferioridad ante la majestuosidad de Roma aquel entonces y la siguen teniendo ahora. Destruyen lo que ellos nunca serán capaces de conquistar”, escribió el diario en un editorial en primera plana.

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