San José, 18 oct (elmundo.cr)- Con un triste empate a cero goles, el Atlético de Madrid mostró poco juego en el partido de la tercera jornada del grupo C de la Liga de Campeones contra el Qarabag, en Baku, en un encuentro malo de los rojiblancos, que no supieron marcar un gol.
El Atlético jugó contra diez jugadores durante los últimos quince minutos del encuentro por la expulsión de Ndlovu, que vio la segunda amarilla al considerar el árbitro que simuló un penal que, posiblemente, fue falta máxima.
El equipo rojiblanco queda ahora en una situación muy delicada pues suma dos puntos de nueve disputados. La clasificación para octavos de final está muy comprometida y será imposible si no se le gana a la Roma en el Wanda Metropolitano.
Otro lado, El resultado del Chelsea-Roma en este grupo es ahora clave pues el triunfo inglés es lo que beneficiaría al Atlético. Un empate o triunfo italiano sería letal para los colchoneros pues obligaría seguramente a vencer en el campo del Chelsea en la última jornada y quizá ni eso sea suficiente.
Al Atlético le costó entender y aplicar el buen físico e inquietante rival. Casi todo el partido se disputó en el campo del conjunto azerbayano, pero los acercamientos a su área fueron escasos.
Simeone dio la titularidad a Gaitán ante la ausencia de Koke por problemas musculares y el argentino comenzó con la languidez habitual. Se movía, intentaba enganchar el centro del campo con la delantera, pero sin la chispa ni la velocidad necesaria para crear ningún tipo de peligro. Tampoco Gameiro, en su primer partido como titular, generó nervios al rival.
En la segunda etapa del partido, el atlético parecía querer dar otra velocidad al juego y en los primeros siete minutos acosaron el área del Qarabag. Pero el conjunto local era fuerte y rápido y despejaba cada llegada visitante. Se mantuvieron serenos, sin ansiedad, volvieron a posicionarse bien y le entraron las jugadas rápidas al Atlético, que no veía la manera de hincar el diente a su oponente.
Quedaban 15 minutos para finalizar el partido. El Qarabaga se defendía con 8 jugadores en la línea de su área y no había ya espacio alguno. En un error de un defensa llegó la única ocasión, con Gabi recuperando un balón y centrando al corazón del área. Torres quiso cabecear y quería gol, aunque le empujaron un poco por detrás y le desequilibraron en el área. Pidió un penal y contacto hubo aunque quizá no el suficiente, si bien su remate se fue alto al no poder conectar bien el cabezazo