La goleada 5-0 ante Pachuca eliminó a las leonas de la Copa de Campeones W de Concacaf y dejó al descubierto la brecha entre los equipos profesionales y el torneo local.
Wílmer López, técnico manudo, fue autocrítico con la actuación de sus jugadoras y cuestionó el nivel competitivo de la liga femenina costarricense y el respaldo institucional.
Pachuca no tuvo piedad. En el Estadio Hidalgo, el campeón de la Liga MX Femenil venció con autoridad 5-0 a Liga Deportiva Alajuelense, eliminando a las octacampeonas nacionales de la Copa de Campeones W de Concacaf. Chinwendu Ihezuo, con un triplete en el primer tiempo, marcó la pauta desde temprano. Natalia Mauleón y Paola García completaron la goleada.
Aunque a lo interno de Alajuelense se reconoce que el equipo podía haber mostrado una mejor versión, el marcador fue categórico. Y, más allá del resultado, el partido dejó en evidencia la diferencia entre un fútbol profesional y una liga aún en desarrollo, como lo aceptó el técnico Wílmer “Pato” López.
“No estamos al nivel de los equipos de México, eso lo tenemos claro y lo dije desde antes. No es excusa, podía pasar lo que pasó, pero es una realidad. El fútbol costarricense está muy por debajo”, reconoció.
El timonel manudo, fiel a su estilo frontal, añadió que parte del problema radica en la poca exigencia del campeonato nacional. “Estamos en primer lugar, con casi diez puntos sobre el segundo, y vea lo que nos pasa. Eso da rabia”, enfatizó.
Alajuelense ahora solo jugará por cumplir ante Chorrillo de Panamá el 14 de octubre, en el último partido del grupo. Sin embargo, para López, estos encuentros sirven como aprendizaje: “El camino correcto es seguir participando en estos torneos. Este tipo de partidos nos ayudan a madurar y a crecer”.
Un equipo que intenta, pero no alcanza
Wílmer López también señaló que algunas jugadoras llegaron con un “pánico escénico”, lo que les impidió reaccionar ante un rival de alto nivel. “La bola les quemaba. Dimos ventajas en actitud”, sentenció.
Por su parte, jugadoras como María Paula Arce y Fabiola Villalobos asumieron con autocrítica la derrota. Arce indicó que “hay días de días” y que este no fue el suyo, mientras Villalobos expresó: “Intentamos competir en cada partido, pero no nos alcanza. Salimos dolidas, no era la presentación que queríamos dar”.
Ambas coincidieron en que la brecha con equipos de México o Estados Unidos es real, pero también subrayaron que la falta de respaldo y profesionalismo del fútbol femenino en Costa Rica limita el crecimiento competitivo.
“Este año perdimos meses sin competencia. Desde enero hasta julio no jugamos”, recordó Wílmer López. El técnico espera que, con mayor respaldo institucional, el fútbol femenino tico pueda competir en mejores condiciones.
Por ahora, la eliminación ante Pachuca deja una lección cruda, pero necesaria: sin una estructura sólida, sin una liga profesional y sin apoyo constante, será difícil recortar distancias con las potencias de la región.