Veiroj retrata la «misión imposible» de apostatar en España

ElapostataENTREVISTA

Por Elena Box (dpa)

San Sebastián, 22 sep (dpa) – Tras las buenas críticas de “Acné” y “La vida útil”, el cineasta uruguayo Federico Veiroj debuta en la competición oficial de San Sebastián con “El apóstata”, una historia pequeña, intimista y personal que fue recibida con una cálida acogida.

Veiroj, que tiene antepasados españoles y residió algunos años en Madrid, se inspiró en episodios reales vividos por su amigo Álvaro Ogalla -que protagoniza el filme- cuando intentó apostatar. Éstos le sirven de excusa para ahondar en el deseo de emancipación de este treintañero que busca romper con las ataduras de la culpa y una fe que no eligió.

Para el cineasta, que en su anterior paso por el certamen se alzó con un premio del Cine en Construcción, no es tanto ese “Peter Pan” que no trabaja ni ha terminado la carrera de Filosofía, sino alguien “al que le florecen muchas cosas, y ese es justamente su problema para avanzar”, cuenta en entrevista con dpa. “Se emociona y se asusta con ese deseo tan a flor de piel”.

Filmar esta historia en España era para Veiroj la única opción posible. “Me parece que aquí la tradición y la herencia están muy presentes”, explica recordando que al fin y al cabo éste es el país de la Inquisición. Y a ello se suma el germen de la historia, “un personaje nacido en los 70, que era mi amigo y vivía en ese Madrid de los Austrias que yo conocía”, añade.

Aunque la determinación del protagonista por apostatar le lleva a vivir episodios rocambolescos -sus conversaciones con la cúpula eclesiástica no tienen desperdicio-, la película no es en sí una sátira sobre lo difícil que resulta este proceso, sino más bien una comedia dramática sobre un momento existencial de búsqueda con el que muchos espectadores podrán sentirse identificados.

Que “El apóstata” fuera también en la ficción el propio Ogalla -cofirmante del guión- es algo que ambos barajaron desde el primer momento, aunque entre medias se enfrentaran a miedos y dudas. Pero el resultado fue “genial”, señala Veiroj. “Nos desdoblamos de mejores amigos a director y actor y fue muy especial porque yo conocía mucho la materia prima con la que iba a trabajar”.

Y es que pese a no tener experiencia como actor, Ogalla posee un “abanico emocional muy vasto y profundo”, explica el cineasta. Aunque el Gonzalo Tamayo al que interpreta tiene poco que ver con el Ogalla real, éste “contenía todo lo que necesitábamos para la historia”. Por eso, al igual que con la decisión de rodar en Madrid, también ésta era en definitiva la única opción viable.

Marta Larralde y la ganadora del último Goya a la mejor actriz, Bárbara Lennie, encarnan a las dos mujeres entre las que se debate este personaje, mientras que la tercera en discordia es una madre (Vicky Peña) que encarna buena parte de todo aquello con lo que él desea romper: religión, obligación y culpa ante un deseo socialmente mal visto.

Todo ello al ritmo de una sorprendente banda sonora, que arranca con un romance de Lorca para presentar al personaje “en clave de fábula pero con raíz” y pasa por Prokofiev y la música de unos desconocidos documentales del NO-DO (Veiroj trabajó en el archivo de la Filmoteca Española) hasta llegar a Enrique Morente.

Las novelas de Benito Pérez Galdós y filmes como “La prima Angélica”, de Carlos Saura, son algunos de los referentes de esta película que llegará a los cines el próximo 2 de octubre. Y que, como en los trabajos anteriores de Veiroj, vuelve a ahondar en esa búsqueda existencial para la que no hay ni tiempo ni edad.

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