Soria, 1965: La Rusia española de “Doctor Zhivago”

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Imagen der rodaje de la cinta “Doctor Zhivago” cedidas por el Ayuntamiento de Soria. Crédito: Miguel Villagran / dpa

Por Ana Lázaro Verde

SORIA (ESPAÑA) (DPA) – El invierno de 1965 se recuerda en la provincia española de Soria, una de las más frías y despobladas del país, por dos hechos inusuales: fue uno de los pocos del siglo XX sin nieve y en él se rodó una de las películas más importantes de la historia del cine, “Doctor Zhivago”.

“No nevó nada, nada de nada”, revela allí Teodoro de Miguel, un fotógrafo soriano que, a sus 82 años, recuerda ahora las miradas al cielo del equipo de la película, que ansiaba un manto blanco que cubriera los parajes sorianos convertidos en estepa rusa.

El joven fotógrafo siguió en aquellos días “in situ” el rodaje de la aclamada cinta de David Lean y captó son su cámara a los actores y al equipo técnico, legando una suerte de “making off” de fotografías en blanco y negro que hoy constituyen todo un tesoro.

“Yo estaba allí, a un metro de David Lean pero no podía hablar con él porque… no sabía inglés”, explica a dpa. “A Geraldine Chaplin le hice una fotografía en el catering, mientras esperaba la comida para después rodar la secuencia del tren”.

Han pasado 50 años desde entonces y, como Teodoro, buena parte de la población de Soria recuerda con emoción aquellos días en los que sus paisajes, sus calles y su estación de tren se convirtieron en la Rusia del cirujano Yuri Zhivago: la de los zares, la de la Revolución Bolchevique, la de la Primera Guerrra Mundial y la de Stalin.

El equipo de la Metro-Goldwyn-Mayer eligió España tras recorrer más de 15.000 kilómetros buscando lugares similares a las estepas rusas y después de descartar Finlandia por las bajas temperaturas, Yugoslavia por la falta de infraestructuras y la propia URSS por razones políticas (el libro de Boris Pasternak, en el que se inspiró el filme, estaba prohibido en el país).

Se rodaron escenas en provincias como Madrid, Salamanca y Segovia, pero la productora norteamericana necesitaban para los exteriores un lugar frío y de grandes nevadas. Y Soria apareció en el mapa.

La meteorología, sin embargo, les dio la espalda. Curiosamente, el invierno de 1965 fue uno de los más suaves que se recuerdan en la zona y, ante la ausencia de precipitaciones a lo largo de meses, hubo que recurrir a la fabricación de nieve artificial con polvo de mármol y escayola, lo que dificultó, dilató e hizo más costoso el rodaje de un filme que, pese a los contratiempos, se convirtió en un clásico del cine y obtuvo cinco premios Oscar tras su estreno, en diciembre de ese año.

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Geraldine Chaplin espera al catering tras rodar la secuencia del tren. Imagen cedida por el Ayuntamiento de Soria. Crédito: Teodoro de Miguel / dpa

“Fue un rodaje complicado porque éramos más de 300 personas en el equipo técnico, más los extras y los especialistas”, explica a dpa Santiago Torres, quien trabajó como ayudante de cámara de la segunda unidad.

Natural de Soria, se incorporó al equipo el 3 de enero de 1965, el día que cumplió 27 años. “Recuerdo que el director de fotografía (Manuel Berenguer) me dijo que la juventud era una enfermedad que se cura con el tiempo”, señala entre risas, rememorando aquellos días.

Durante diez meses, de forma intermitente, los sorianos se acostumbraron a ver a estrellas de Hollywood como el recientemente fallecido Omar Sharif, Geraldine Chaplin, Julie Christie o Alec Guinness paseando por sus parques, comprando en sus comercios o tomando un pincho de tortilla de patata en alguna de sus tabernas.

La expectación era total y todo el que podía se acercaba a los lugares de grabación, que se ubicaron en varios puntos de la provincia, la menos poblada de España con unos 90.000 habitantes.

“Tonya, mira, los Urales”, le dice en la película Yuri Zhivago (Omar Sharif) a su esposa (Geraldine Chaplin) señalando, en realidad, el monte Moncayo, el más alto del Sistema Ibérico.

En los alrededores del pequeño pueblo de Candilichera, hoy con un centenar de habitantes, se levantó el palacio de Varýkino, donde se refugia la familia de Tonya cuando huye tras la Revolución Rusa. Los pinares de San Leonardo de Yagüe acogieron las escenas de tren (el encuentro de Zhivago con Strélnikov) y la estación del Cañuelo, en la capital soriana, fue “disfrazada” con carteles en ruso.

“Todo el mundo recuerda aquí el rodaje; la mitad de la población trabajó como extra en la película”, asegura a dpa el taquillero de esta estación, quien hace medio siglo, con solo ocho años, presenció la grabación de las escenas grabadas allí.

“Lo vi desde aquella punta del andén”, señala. “Me acuerdo de que hacía mucho frío, pero no había nevado y tuvieron que hacer la nieve de forma artificial”, apostilla tras la ventanilla de venta de billetes.

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Vista frontal de la estación de tren de Soria, que fue inmortalizada en “Doctor Zhivago”. Crédito: Ana Lázaro Verde / dpa

Para la Soria de hace medio siglo, anclada en el mundo rural y todavía bajo la dictadura de Francisco Franco, el rodaje de “Doctor Zhivago” fue un revulsivo cultural y económico. Una puerta abierta a otro mundo: el del celuloide, las cámaras y los cineastas anglófonos a los que todos miraban (y admiraban) pero pocos entendían.

“El recuerdo es muy bonito para todas las personas que participaron o que simplemente vivieron en aquellos momentos. Son recuerdos que han ido pasado de padres a hijos y nos sentimos orgullosos de haber servido de escenario para esta gran película”, explica Jesús Bárez, concejal de Cultura de Soria.

Para mantener el legado que dejó la cinta, el Ayuntamiento de la ciudad ha pedido a los vecinos fotografías y enseres que conserven del rodaje de “Doctor Zhivago” con intención de montar una exposición que se abrirá al público previsiblemente en septiembre y que se acompañará de un documental sobre el rodaje.

La huella de Pasternak, Lean y Zhivago sigue viva en las frías y bonitas tierras sorianas. En la estepa rusa de España.

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